INTERIOR SÓLO HA DEVUELTO ESTE AÑO AL 23% DE LOS "ILEGALES" LLEGADOS A TENERIFE

A pesar de los esfuerzos realizados por el Gobierno español en materia de cooperación y relaciones institucionales con África, todavía queda un largo camino por recorrer. Eso al menos se desprende de las cifras a las que ha tenido acceso este periódico, que dictan que en lo que va de año sólo un 23% de las propuestas de devolución que pesaban sobre inmigrantes que entraron de manera irregular en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, fueron ejecutadas.

En concreto, de las 2.810 personas a las que se les abrió un procedimiento de devolución (en su mayoría, africanos que llegaron por vía marítima), sólo 655 fueron devueltas a sus países de origen. El resto, más de 2.000 inmigrantes, fueron trasladados a Madrid, Valencia, Málaga o Barcelona, donde supuestamente quedaron a cargo de organizaciones no gubernamentales y de acogida.

En la práctica la realidad es bien distinta, ya que la mayor parte de ellos son abandonados a su suerte después de dos o tres días en la Península o Fuerteventura, a donde también se realizan algunos de estos traslados. Jurídicamente, las derivaciones de estos inmigrantes que no han sido identificados en los 40 días de retención que establece la Ley, se realizan entre CIEs. Sin embargo, se trata de un mero formalismo, porque apenas pasan horas en los centros de destino. Según ha podido saber este periódico, en lo que va de año se han realizado más de una docena de estos traslados a la Península. Se llevan a cabo en aviones ATR 42 de 60 plazas de la compañía Swiftair, una aerolínea con base en Madrid que opera vuelos regulares y chárter tanto de pasajeros como de carga, con destinos en Europa, África y Medio Oriente. Son los denominados cayucos volantes, como se les conoce ya en el argot policial. En ellos los inmigrantes van sin esposar y custodiados por 4 ó 5 agentes, algunos de los cuales son de prácticas. La propia compañía, que posee un acuerdo con el Ministerio del Interior, se negó en su día a que los irregulares fueron esposados, ni siquiera con lazos, para preservar su seguridad en caso de accidente. Para evitar que se trate de una detención ilegal, la mayor parte de estos traslados se realizan antes de los 40 días de plazo máximo de retención que establece la Ley, aunque en ocasiones se ha llegado a superar este plazo, según exponen desde la Confederación Española de Policía en Tenerife.

Numerosas ONG y organizaciones de derechos humanos vienen denunciando periódicamente este tipo de traslados a la Península de inmigrantes ilegales llegados a Canarias, muchos de los cuales malviven en condiciones infrahumanas en la capital de España o Barcelona, a la espera de lograr el dinero necesario para viajar hasta Francia, Bélgica o Italia, sus verdaderos objetivos antes de emprender su particular odisea.

"Cayucos volantes"
Y es que, pese a los datos sobre repatriaciones y expulsiones ofrecidas por Interior, hasta el 30 de junio sólo se habían ejecutado en Tenerife 655 devoluciones de ilegales, de los que más de un 95% fueron subsaharianos. Éstos son trasladados en aviones Boeing 737 de la compañía Air Europa, con capacidad para 180 personas. Junto a estos inmigrantes viajan miembros de la Unidad de Intervención Policial (UIP), que custodian a los sin papeles y los entregan a las policías de los países de origen.En estos vuelos se han producido en los últimos años algunos incidentes, por lo que estas personas suelen ir esposadas con lazos. Según fuentes policiales, menos de la mitad de los inmigrantes que están internados en los centros de retención de las Islas son identificados positivamente por sus países de origen. Por ejemplo, en los últimos seis meses han visitado los CIE de la provincia delegaciones de Senegal, Mali, Guinea Bissau y Marruecos, que sólo han reconocido y documentado a unas 300 personas. En la provincia de Las Palmas la situación es similar a la de Santa Cruz de Tenerife, y mensualmente siguen saliendo cayucos volantes hacia la Península desde los aeropuertos de Gando y Fuerteventura. El drama migratorio, mientras, continúa, y las distintas administraciones tratan de maquillar unas cifras que, pese a todo, siguen siendo más que preocupantes.

Fuente: diariodeavisos.com