lunes, 4 de febrero de 2008

MAGIA Y RITMOS DEL SAHARA

Texto: Ines Possemeyer Fotos: Monika Hófler

Camellos, tambores africanos y equipos de sonido de alta tecnología se dan cita junto al oasis de Essakane, al norte de Malí, cerca de la ciudad de Tumbuctú.
Cada año, el Festival de Música de Essakane (Malí) congrega en el desierto del Sáhara a nómadas, trotamundos e intérpretes llegados de todos los rincones del mundo.
De camino a este recóndido oasis del norte del país, otras ciudades, como Bamako, Ségou, Yenné y Tumbuctú, y la tierra de los dogon, guardan melodías y ritmos cotidianos que atrapan igualmente la sensibilidad y el oído.
Ríen los niños, resuenan los cascos de un caballo, pasa un coche. Después, vuelve el silencio a Bamako.
Se celebra el Aid al-Kabir o fiesta del cordero, el día festivo más importante de los musulmanes, que culmina con el sacrificio del animal. Las polvorientas calles de la capital de Malí se han quedado desiertas. Los pitos, los motores, los martilleos y los gritos han callado para dar paso a la quietud.
Ya no hay vendedores ambulantes, cargados con encendedores, frutas y plumeros, abriéndose camino entre los coches atascados; ni artesanos en el mercado fabricando joyas de plata, tambores y máscaras; ni vendedores de fetiches y remedios milagrosos.
En su lugar, los campesinos ocupan los cruces de las calles para vender corderos destinados al sacrificio. Primero se degüella con un corte silencioso y rápido; luego, un débil estertor sale de la garganta abierta. La sangre cae en un agujero arenoso, donde brilla como una barra de labios en un rostro pálido. Dos hombres cogen la oveja de las piernas y la cuelgan en uno de los árboles de mango al final de la calle. Todo el vecindario ha “tendido” animales en el pequeño bosque.
Algunos los están despellejando, otros están colocando ordenadamente los intestinos. De repente, un fuerte gemido interrumpe el silencio. Suena un tambor, que va acelerándose poco a poco hasta convertir los toques en ritmos de rap.

Varias mujeres de la étnia de los dogon machacan la cosecha de cebollas–Felices fiestas y año nuevo –grita un hombre mientras golpea con un bastón el tambor que lleva bajo el brazo.
Pese al calor, viste una bufanda roja de lana y un traje bordado de muchos colores. –Hohoho –canta–; en el barrio, todos me llaman Pa Dambele, el gran griot. ¿Dambele, el griot?
El apelativo delata que pertenece a la casta de poetas de la corte que en el siglo XIII fundaron la tradición musical de África occidental.
Los griot no deben faltar en ninguna fiesta, como cuentacuentos, aduladores, o animadores. Algunos tienen fama mundial, como Ali Farka Touré, músico de blues fallecido en marzo de 2006, el cantante de pop africano Salif Keita o la pareja de ciegos Amadou & Mariam.
Según el New York Times, Bamako es uno de los mejores lugares del planeta para escuchar música en directo. –Pero no ahora –dice Pa Dambele, mientras los vecinos le regalan algo de carne–. Muchos músicos celebran la fiesta del cordero con sus familias –agrega–. Si quieres escuchar la mejor música de Malí es mejor que viajes a Essakane.
Allí, en el desierto que se extiende más allá de Tumbuctú, se abre un anfiteatro de arena moldeado por el viento. Cada enero se reúnen docenas de grupos musicales, algunos centenares de trotamundos y unos 3.000 nómadas tuareg para celebrar uno de los festivales de música más peculiares del mundo.
Y sin duda, el más recóndito. Allí quiero ir y abrir bien los oídos para descubrir los sonidos de Malí. Las melodías de mis anteriores viajes se han desvanecido. Lo único que recuerdo es el ruido del tráfico o alguna canción pegadiza de la radio. Ahora, quiero recorrer Malí prestando más atención a sus sonidos.
Subimos a un viejo todoterreno y nos ponemos en marcha. Para penetrar por las regiones apartadas se necesita un cuatro por cuatro, un conductor, un cocinero y varias tiendas de campaña. Pronto estamos solos en una carretera rectísima que conduce a la parte occidental del país. El color desaparece de los paisajes: campos de mijo recién cosechados, hierbas y matas pálidas por el sol y la sequía. Así es la vacía vastedad de la orilla del desierto, el Sahel. Las aldeas parecen perdidas.

Un grupo de hombres improvisa la llamada .Las cabañas de barro tienen forma de dados; los almacenes de cereales son delgados y redondos y están cubiertos por sombreros puntiagudos de paja.
Emociona su humildad: aquí no hay dinero, ni luz eléctrica, ni uralita. Cuando paramos brevemente en Ségou, una pequeña ciudad a orillas del río Níger, la música invade el caluroso aire del mediodía: vibran los sonidos de los tambores, entremezclados con la voz sorda y retumbante de una mujer.
Es una cantante de la etnia wassulu, procedente del sur de Malí, que entona melodías al amor, el deseo y la injusticia de la vida. Cuatro hombres la acompañan tocando con ritmo alegre tambores yembé y un barril de metal. Un quinto músico toca las cuerdas de una calabaza hueca fijada a un palo de escoba. Diez mujeres pisan rítmicamente el suelo de barro rojo, girando sus brazos con gran velocidad.
La plaza del mercado está rodeada de sillas metálicas azules, como para un concierto. Un techo de paja protege a unos pocos espectadores. Seis figuras se salen de la sombra. Visten gorros adornados con borlas y largas camisas de cuero, bordadas con conchas y amuletos. Encima de todo llevan fusiles. Uno de los hombres coge el micrófono, los otros bailan. De repente levantan sus escopetas y disparan. Me dan un buen susto. –Son cazadores –me explica en francés un espectador que dice pertenecer al mismo gremio. –Nadie excepto ellos puede representar esta danza de los reyes. Son una casta propia y pertenecen a la nobleza. –¿Y los amuletos? –Durante la caza nos protegen de los espíritus y las serpientes; en las fiestas como ésta, de las personas malas.
Poderes mágicos y espíritus: en mi viaje a Essakane me toparé con ellos una y otra vez.

4 comentarios:

Adriana dijo...

HALA GUADY, BUENAS NOCHES, BUENOS DIAS! NOS QUEDAMOS SIN INDIANOS, PERO PARA EL PROXIMO AÑO, YA NOS VAMOS PREPARANDO.

BESOS

Guadalupe dijo...

SI,ADRI, HAY QUE HACERLO CON TIEMPO Y ASI APROVECHAMOS PARA ENSEÑARTE LA PALMA.TE VA A GUSTAR MUCHO Y SUS GENTES TAMBIEN.CUANDO NOS VEMOS??

Lourdes dijo...

buenos dias chicas!!!!!! un besote, hoy tambien trabajando.....

Guadalupe dijo...

HAY,YA,YAI,YA,YAI.!!QUE FUERTE!!
LURDI, ERES LA MAMI TRABAJADORA POR EXCELENCIA.AQUI ESTAMOS APORTANDO HISTORIAS AL BLOG, PARA ABRIR POCO A POCO LOS OJOS.