lunes, 4 de febrero de 2008

REMESAS, REMESAS, REMESAS


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Con remesas se teje red de turismo comunitario
Aunque su padre emigró a Estados Unidos hace 21 años y sus hermanos hace 5, Mauricio Duchitanga prefirió quedarse en Ecuador, estudiar y ahora emprende un plan de turismo comunitario en su tierra natal Tarqui, parroquia de Cuenca.
“Nunca pensé dejar a mi madre, mi tierra, ni mis sueños de ser profesional y hacer algo por mi gente”, dijo este biólogo de 27 años, que en unos meses inaugurará un centro de medicina natural y bioenergética, parte de la Red de Turismo Comunitario Sumakausay, que significa Buena Vida.

Entre otros servicios, ofrecerá baños de cajón y terapias aromáticas con hierbas medicinales de los huertos de los otros nueve comuneros que integran la red coordinada por Lauro Sigcha. “Cuando mi familia vuelva podrá trabajar en un negocio familiar y no querrá irse otra vez”, dijo Duchitanga.
Los socios de la organización, todos con familiares en el exterior, invirtieron en microempresas el dinero de las remesas que reciben, especialmente desde Estados Unidos.
La red tiene un centro de hospedaje llamado Munay Huasi o Casa de Armonía, en el sector Santa Teresita, que ofrece casas de adobe, teja y madera y otras de ladrillo y cemento para quienes prefieran la vida de campo y en donde podrán ordeñar vacas.
La casa de hacienda de Pablo Sigcha, abogado de 28 años, fue restaurada con cerámica y piedra, cuenta con dos habitaciones para grupos de hasta ocho personas, una sala con chimenea y una cocina amueblada para que los turistas preparen sus alimentos si lo quieren.
En el sector Tañiloma, en una casona de más de un siglo de existencia restaurada con adobe y carrizo, está el restaurante La Gran Llanura que tiene un concepto de relax y que Alberto Vele inauguró hace seis meses con el dinero que ganó mientras laboró en Estados Unidos, desde 1986 hasta el 2000.
El lugar tiene cabañas y hamacas para los comensales. También funciona el refugio de animales Yurig Allipa o Tierra Blanca con 20 venados, 4 avestruces, 1 pelícano, 1 gavilán pollero, 1 curiquingue, patos, gansos, pavos reales y de monte, todos rescatados por Vele.
“Hoy le apuesto al turismo, pero si los políticos no responden a nuestras necesidades no sé qué haré”, reclamó ante el aumento en el costo del maíz y otros alimentos para sus animales.
Alberto Peña Durini es otro emigrante que volvió hace cuatro años de Colombia y convirtió su hacienda ganadera en un centro de bioenergías con recorridos por bosques y lagunas artificiales. Además construyó un horno y fogón con lodo y arena, donde cocina los platos típicos de la zona y hoy es uno de los atractivos turísticos.

1 comentario:

Lourdes dijo...

buenos dias bella flor!!!!!