sábado, 24 de septiembre de 2011

LA MUJER DEL EMIGRANTE



Barquito, barquito ingrato,

que te llevas mi amor,

no olvides que en esta tierra

hemos nacido los dos.

Mientras él trabaja,

yo deshojando una flor,

me quiere...o no me quiere...

si es no, muero de dolor.

Se pasa el tiempo...

y en el barco no llegó

ni siquiera una cartita

en este mes que pasó.

Al pie de la Morenita

hoy le imploro con fervor

que me lo traiga pronto

para no morir de amor.

Así se pasan los años

mientras me marchito yo.

Estando en el templo un día

para ofrecerle una flor,

oí ruidos...unos pasos...

una mano me cogió...

volví la cara enseguida,

el instinto me advirtió.

Aquella mano...aquel rostro...

¡mi marido, que volvió!

En un instante, mi cuerpo

con el suyo se encontró.

La Virgen desde su trono

nos daba la bendición.


Autora: Dulce María Hernández Pérez

Fotografía: Aarón Moreno Borges

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