FOTOS - CASA ÁRABE - 02-04-2009
En el número 40 de Embajadores se instaló la Eskalera Karakola, un proyecto feminista nacido en 1996. Allí cuelga el cartel: "Ni G-8. Ni G-20. Ni G-Gaitas. Báilate la crisis". Esta y otras imágenes se pueden ver en www.casaarabe.es.-
REPORTAJE
Puerto Lavapiés, el Madrid castizo y global
LOLA HUETE MACHADO 05/04/2009
Sea la hora que sea, Luisa e Iván -pareja, españoles, treintañeros- se asoman a la ventana-faro de su cuarto piso en la madrileña calle de Argumosa ?barrio de Embajadores, distrito Centro, a diez minutos de la Puerta del Sol? y lo que ven bajo su edificio es un puerto gigantesco. Lo indica un cartel: metro de Lavapiés. Contemplan una boca subterránea, que escupe y engulle sin descanso gentes de aquí y de allá; con o sin papeles; blancos, negros y amarillos; jóvenes y no tanto; de estético buen ver o de físico dañado por la penuria y la droga; de vestir clásico o look alternativo; de chándal y deportiva para correr o de uniforme policial para lo mismo; trabajadores, parados, estudiantes, turistas o mirones que vienen y van, de o hacia las calles de Jesús y María, Valencia, Tribulete, Sombrerete, Zurita... "Increíble toda la energía que se mueve a nuestros pies", comentan Luisa e Iván desde lo alto, habituados, pero aún asombrados de ese cocido multiétnico del que ellos también forman parte.
'Nos vamos, que estos señores querrán especular', decían los de la asociación Ladinamo
-¿Sabes que a Argumosa la llaman el paseo marítimo? A las terrazas viene lo más pijo. A ver y ser visto-, dice alguien. Y sí. Se ve que hay clases, capas, generaciones, subzonas, minimundos del barrio de Lavapiés (no lo es administrativamente, pero sí popularmente). Dicen los expertos que conviven aquí cuatro grupos de habitantes. Los inmigrantes nacionales, conocidos como vecinos de toda la vida, llegados tras la guerra o en los sesenta y setenta; los internacionales, aterrizados en masa y en última oleada en los noventa; los activistas varios, asociados a la llamada Red de Colectivos de Lavapiés que, en el exilio o nómadas, llevan años intentando hacer del barrio un laboratorio de democracia participativa; y los nuevos colonos, en la treintena, de clase media, más o menos progresistas en lo político y social, bohemios, artistas atraídos por el ambiente castizo, progre y multicultural (ver artículo de la hispanista Mayte Gómez en la revista digital Dissidences, 2006).
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