domingo, 12 de abril de 2009

OBJECIÓN DE CONCIENCIA

JUÁN GOYTISOLO

OPONERSE A LAS LEYES INJUSTAS QUE LOS PAÍSES EUROPEOS HAN PUESTO EN MARCHA CONTRA LA INMIGRACIÓN ILEGAL ES UN DERECHO INALIENABLE DE TODO CIUDADANO.
A LOS MÁS AFECTADOS POR LA CRISIS SÓLO LES QUEDA HOY LA SOLIDARIDAD.

La actual crisis económica mundial se ceba con mayor crueldad con los sectores sociales más vulnerables, y a su cabeza, con los inmigrantes indocumentados, convertidos gradualmente en los últimos años en seres "ilegales", sin patria, trabajo ni futuro. El drama no se desenvuelve sólo en las fronteras de la Fortaleza Europea, ya sean las de la cuenca mediterránea, ya del trayecto África occidental a Canarias. Los sospechosos por el color de la piel o sus características "étnicas" viven atrapados en un laberinto invisible, sin salida alguna. Nos cruzamos con ellos en el metro, por las calles de Madrid, París o Roma, en la ignorancia de la inquietud que les embarga, de su aprensión a una vida sin horizonte, en precario equilibrio en el filo mellado de una navaja. ¿Van a encontrar algún empleo no declarado, a someterse, como en sus países de origen, a unas condiciones draconianas de algún explotador sin escrúpulos? La posibilidad de acogerse a esta nueva forma de servidumbre resulta, no obstante, cada vez más ardua. Los diferentes Estados de la Unión Europea endurecen las leyes y, por temor de las sanciones previstas en ellas, el número de empresarios o patronos que se arriesgan es cada vez menor. Queda, ¡cuán aleatoria y frágil!, la tabla de salvación de la solidaridad.
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http://www.elpais.com/articulo/opinion/Objecion/conciencia/elpepuopi/20090412elpepiopi_11/Tes

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