Hanah saluda efusivamente a Zuleima. En sus manos un cuadro del Fez que ella le ha descrito con tanta pasión y en su interior la imperiosa necesidad de conversar con su amiga sobre su embarazo.
_Hola Zuleima. Que bien verte...
_ Que la paz de Alá esté contigo. Ven, siéntate. He preparado té con agua de azahar, cuernos de gacela y unos deliciosos bombones de dátiles.
_Que bien suena, shukran
_¿Estás bien, Hanah?
_Bueno, verás... no se como decirte...
_No hace falta. Lo he visto en los pozos del té. Zoraide me enseñó a vaticinar el futuro, a vislumbrar entre las hojas del té lo más profundos secretos. Sé que llevas una vida nueva dentro de ti.
Hanah palidecía. Siente que le falta el aire. Lo latidos de su corazón aumentan y resuenan en su pecho. Sus pupilas se dilatan de asombro. Tiende sus manos a Zuleima, quien la abraza con ternura, como quien abraza a un recién nacido. Seca las lágrimas del rostro de ella, para luego acariciar con dulzura su vientre y entonar una canción de cuna bereber, llevando la tranquilidad a hijo y madre.
_Yo solo te digo Hanah que toda vida humana es sagrada para Alá. Él es quien determina cuando la vida empieza y cuando termina. Tu hijo es un regalo de Alá. Como musulmana estoy a favor de la vida, pero como persona tolerante que he convivido en el mundo occidental y amiga tuya, respeto tu decisión. Recuerda el Sura 35, Al Fatir, El Originador, aleya 11.... "Él es Quien os ha creado y luego de una gota de esperma y de un coágulo de sangre.
Luego hace que salgáis como niñas para que después alcancéis la madurez y lleguéis a ser ancianos, habiendo entre vosotros quienes mueren antes, y cumpláis así un plazo fijado.
Puede que razonéis
Él es Quien da la vida y da la muerte y si decide algo simplemente dice: Sé y es."
El atardecer lanzaroteño se confunde con el atardecer del cuadro pintado por Hanah y recibido con gran agrado por Zuleima. Allí se reflejan las casas altas, las calles sinuosas y estrechas, el enigma de la ciudad, los laberintos del zoco, y al deslizar las yemas de sus dedos por el lienzo casi puede sentir el aroma de las especias, el barrio de los curtidores, los artesanos, forjadores, todos unidos por suculentos perfumes, especias, platería, etc. Fez, la ciudad de los cinco sentidos de Marruecos, la ciudad de la belleza enigmática y mágica del mundo árabe. Y mientras Fez se desliza en sus dedos, en sus bocas se desliza la suculenta masa de dátiles, almendras, pistachos y canela, junto con el té y los cuernos de gacela....
Bergman se mueve entre caóticas sombras de confusión. Echa de menos a su verdugo y otras veces lo odia. Odia la heroina, pero a la vez la ama. Como una venenosa paradoja de la vida, su cuerpo se entumece, se retuerce en espasmos, dolor abdominal y profunda angustia. La metadona no ayuda, no llega a calmarla, se tira del cabello, se rasguña, grita, pero nadie parece ayudarla en su dolor. Nadie parece oirla. Sólo su propio abrazo y quizás el instinto de supervivencia la ayudan a seguir inhalando y exhalando aire.....
CONTINUARÁ......
Autores: Nayra del Rosario Hernández Benitez
Aarón Moreno Borges.
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