domingo, 15 de marzo de 2009

BOLONIA

El 'plan Bolonia' entra a porrazos


Agentes del Cuerpo Nacional de Policía la emprendieron a golpes contra los estudiantes de Tenerife que protestaban por la aplicación del conocido como 'plan Bolonia'. La manifestación terminó sin completar su recorrido


La policía debía tener autorización para recurrir al uso de la fuerza, porque si no no se explica que la manifestación contra la presencia de España en el espacio universitario europeo que se celebró este jueves en Tenerife terminara como terminó: a porrazo limpio. De hecho, no sucedió nada que ya no hubiera pasado en otras protestas contra el conocido como 'plan Bolonia'. Alumnos que intentaron subir al muro del Rectorado, gritos contra los agentes, consignas de todo tipo contra el rector de la Universidad de La Laguna, Eduardo Doménech, y muchas cámaras grabándolo todo. ¿Por qué en esta ocasión se utilizó la violencia para disolver la manifestación?
Todo comenzó con normalidad. Los alrededor de 300 estudiantes, entre los que también se encontraban algunos de los centros de Bachillerato que acordaron sumarse a la huelga, partieron del Campus Central de la ULL, subieron por la avenida de La Milagrosa y llegaron al Rectorado para hacer su escala más larga, exactamente la misma ruta que han seguido en otras ocasiones, esta vez bajo la convocatoria del sindicato de estudiantes Amec, el colectivo Asamblea Mayo 2008, la Asamblea de Filosofía y al mismo tiempo que en otras ciudades españolas.
Antes incluso de que leyeran su manifiesto, una joven intentó subir al muro de ese edificio. No era la primera vez que pasaba. Sin embargo, en esta ocasión, ese gesto simbólico sirvió para abrir la caja de los truenos: la policía cargó de forma indiscriminada, propinando porrazos y sin tener en cuenta la presencia de periodistas, menores de edad y varios profesores de Secundaria.
Muchos alumnos, tras el primer altercado, decidieron marcharse. Los que se quedaron fueron víctimas de otra carga más y de cacheos aleatorios. Cualquiera que abriera la boca podía ser registrado. Pero eso no es todo: como en cualquier manifestación de nuestros días, los ciudadanos suelen acudir equipados con cámaras de vídeo y de fotos. Esta vez, la policía decidió empezar a requisar los aparatos de todos aquellos a los que sorprendía grabando lo sucedido. En un momento de tensión, unos alumnos llegaron a salvar el suyo pasándoselo por el aire y corriendo delante de los agentes, como si de un partido de rugby se tratara.
Lo cierto es que el uso de la violencia ahuyentó a casi todo el mundo. Allí se quedaron algunos de los agredidos por la policía, que según comentaron "están estudiando emprender acciones legales". Otros, miembros de la delegación de alumnos de Filosofía (uno de los estudios amenazados por la entrada en vigor de la nueva universidad), aseguraron que lo sucedido se veía venir: "El día antes estábamos preparando las pancartas y otras cosas para la manifestación en nuestra facultad. Queríamos quedarnos hasta tarde, incluso pasar allí la noche, pero el rector estaba celebrando un acto en Guajara y no nos quería allí. Los de seguridad intentaron echarnos, pero como no pudieron llamaron a la Policía Nacional, que entró en el campus y nos obligó a marcharnos".
El mensaje que se intentaba transmitir quedó diluido entre tanto altercado. De hecho, casi todos los asistentes a los que preguntamos estaban convencidos de que esto era precisamente lo que quería el gobierno de la ULL: hacer ver que los estudiantes contrarios al plan Bolonia son pocos y violentos. Aunque los únicos palos los repartiera la policía.

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