viernes, 20 de febrero de 2009

"ZULEIMA, ARENA Y SAL"







Una ligera brisa marina recorre la cubierta de la Bella Isadora. Los colores cálidos del amanecer se funden con los azules del mar. Natasha se despierta con una sensación agridulce en los labios, mezcla de dolor y paz. Durante la noche ha vuelto a soñar con Bucarest, con el ajetreo de la céntrica plaza Unirii y su juego de fuentes y su madre tomándole de la mano, mientras le llena con cariño.

_¿Está mejor señorita?

_Si, muchas gracias.

_Parece ser que su ojo está menos hinchado.

_Me encuentro mejor, gracias.

_He pensado en lo que le dije, ¿quiere quedarse unos días aquí en el barco?

_Es usted muy amable. Pero yo...veré, necesito, necesito tomar, bueno... no se si decirle...

_No hace falta me lo diga. Por el aspecto de sus brazos se que usted se pincha droga. No se preocupe, no lo juzgo por eso. Yo también en su día tuve problemas con el alcohol, pero logré recuperarme. Usted también si quiere puede hacerlo. Sé que a veces la vida es muy dura y quisiéramos evadirnos de todo, por eso nos drogamos o incluso nos emborrachamos. Pero créeme muchacha...esa no es la solución, más bien la perdición. Haga caso a este marimero viejo.

_Si, yo se que droga ser mala. Pero no soy muy fuerte, la necesito.

_¡¡Ánimo Natasha!! Conozco a un amigo que trabaja de segurita en un centro de metadona, quizás pueda ayudarla...

_Gracias, pero tengo que irme...

_Bueno, no la presiono más. Pero al menos desayune bien.

_Gracias por la comida. Ser usted muy atento y generoso.

_Espero volver a verle pronto, Natasha. Aquí tiene su casa.

_Gracias, Juan.

_Suerte Natasha.

Bergman sale de la Bella Isadora confundida, se siente sin rumbo, como una brújula sin norte, como una luna sin cielo. En su cuerpo empieza a sentir escalofríos y malestar. En su fuero interno desea abandonar la heroína, pero al mismo tiempo sabe que la necesita más que el aire que respira. Así que, sin pensarlo dos veces, acurruca su frágil cuerpo en la chaqueta de Juan y se marcha caminando hacia Arrecife, en busca de su elixir, de su veneno...

CONTINUARÁ......
Autores: Nayra del Rosario Hernández Benitez
Aarón Moreno Borges.

No hay comentarios: