martes, 17 de febrero de 2009

Hoy me siento demagogo



Hoy me siento demagogo

Una docena de niños y una mujer embarazada, murieron ahogados en aguas de Lanzarote tras volcar la patera que les traía desde algún punto próximo al puerto de Tarfaya hasta su sueño de trabajo y libertad en la Europa en crisis. Ocurrió a las seis y media de la tarde del domingo, apenas a una veintena de metros de tierra firme frente a la zona de Los Cocoteros, y los vecinos pudieron escuchar desde sus casas próximas a la costa los gritos de los arrastrados por el oleaje mar adentro.


Se hizo lo posible, algunos incluso se tiraron al agua, un surfista ayudo a un par de supervivientes a alcanzar tierra firme, pero el domingo por la noche, la tragedia era ya inevitable. Algo inesperado ocurrió, la patera volcó y no hubo forma humana de ayudar a los que cayeron al agua. Además, la vigilancia era inexistente: el Sive no había detectado el barco. ¿Por qué? No creo que lleguemos a saber si fue un error humano, si las condiciones metereologicas lo impidieron o si fue un fallo de la electrónica. Porque la electrónica del Sive no funciona como en las películas, en las que la cámara del satélite distingue la marca de tabaco que fuma un terrorista antes de poner la bomba. La electrónica de Hollywood cuesta muchísimo dinero, mucho más del que puede gastarse Europa para proteger las vidas de esta gente que no le importa a nadie, esta gente que son números cuando viven y números cuando mueren, y números cuando son devueltos a sus países o cuando son enterrados en fosas sin nombres en los cementerios de los pueblos costeros de las islas.


La Cruz Roja, la Guardia Civil y el Servicio de Emergencias del Cabildo conejero lograron rescatar la mayoría de los cuerpos. Ahora están en los tanatorios de Teguise y Haría. De las tareas de rescate hay varias fotos: una de ellas, colgada en la edición digital de todos los periódicos –desde éste mismo a ‘El País’- y que será probablemente portada, nos muestra a un fornido rescatador envuelto en un traje de neopreno, sacando del agua el cadáver desmadejado, desnudo y escuchimizado de un niño más que ahogó su sueño en aguas del Atlántico.

La imagen es tan fuerte y poderosa que obliga a la interpretación de su enorme contraste: el que existe entre ese hombre vivo y fornido y el cuerpo inanimado de niño roto y enclenque, protagonizando entre ambos una lectura visual del verdadero choque de civilizaciones que se produce en nuestras costas.

Nada que ver con las teorías de Huntington, ni con esa supuesta invasión de inmigrantes ilegales, que sería responsable -nos dice el presidente del Gobierno regional-, del colapso de nuestra sanidad y de nuestros servicios sociales. Esta no es la imagen de una invasión, ni la cuenta de un saqueo a las arcas domésticas. Es la de una Europa incapaz de encontrar la forma de acabar con la indecencia aleatoria de miles de muertos, pero decidida a rescatar con mimo sus restos y señales.
fuente:
http://blog.laprovincia.es/francisco_pomares/2009/02/16/hoy-me-siento-demagogo/#more-793

Comentario:
Es duro lo que voy a decir, me duele hasta pensarlo,pero el mar se a encargado de ahorrarle "doce" problemas mas a este Gobierno Canario, que primero quiere asumir competencias, que luego pone la mano para pedir dinero al Gobierno Central, del que esta deseando no depender, y por ultimo no encuentra en nuestro suelo canario lugares donde acoger a estos pobres niños.
Precisamente aquí, donde solo falta edificar en el Teide.Cuanta demagogia, que poca vergüenza.
Estos doce menores ya no serán un problema para Rojas, ni para Clavijo, ya no ocuparan una plaza cerca de los chalets de los amigos.
Se fueron al fondo del mar, porque nadie , ni la toda poderosa flota europea y española, pudiera detectarlos.Murieron con la deuda sin pagar de ese viaje final.Y con la responsabilidad de mantener algún día a esa familia que los envió, o no.
Duerman tranquilos señores políticos, la factura de estos niños alguien la tendrá que pagar.

1 comentario:

Maribella dijo...

GUADA COMPARTO TOTALMENTE TU INDIGNACIÓN. ESTA TRAGEDIA NO SERÁ LA ÚLTIMA, TODOS LO SABEMOS. LO MÁS PREOCUPANTE NO ES QUE LOS POLITICOS "QUE YA SABEMOS DE QUE PASTA ESTÁN HECHOS" NO HAGAN NADA, SINO QUE LOS CIUDADANOS DE A PIE NOS ACOSTUMBREMOS Y NOS VOLVAMOS INSENSIBLES.