Portada > Sociedad 07/12/08
"Les hablo del riesgo del cayuco y no me hacen caso; me escuchan con los ojos"
Ibrahima Niang, natural de Mbour (Senegal), es el presidente de la asociación de africanos del Principado de Andorra (Africand), entidad que pretende unir África con Europa. Indica que la inmigración africana es 100% económica. En su opinión, "la salida en cayuco es lamentable, pero lo intentarán mil veces".
"Les hablo del riesgo del cayuco y no me hacen caso; me escuchan con los ojos"
Ibrahima Niang, natural de Mbour (Senegal), es el presidente de la asociación de africanos del Principado de Andorra (Africand), entidad que pretende unir África con Europa. Indica que la inmigración africana es 100% económica. En su opinión, "la salida en cayuco es lamentable, pero lo intentarán mil veces".
DORY MERINO, Tenerife
Ibrahima Niang, natural de Mbour (Senegal), es el presidente de la asociación de africanos del Principado de Andorra (Africand), que cuenta ya con una decena de miembros, pese a que durante dos años fue el único africano del Principado. Asegura a EL DÍA que cada vez que se desplaza a Senegal habla de los peligros de los cayucos y de los riesgos que entraña la travesía clandestina, así como las penurias que atraviesan los inmigrantes para encontrar un buen futuro en Europa, "pero, si me escuchan con los ojos, no me hacen caso", explicó, en referencia a que cualquier africano que vive en occidente regresa a su país mostrando un aspecto que refleja un nivel de vida muy superior al que ha dejado y eso es una atracción para el resto.
"La inmigración africana es 100% económica", aseguró el presidente de Africand, quien precisó que el 95% de los miembros de su asociación trabaja en el sector servicios. Esta entidad, de reciente creación, pretende unir a África con Andorra y con Europa.
Respecto a los cayucos, aseguró que es una salida "lamentable", pero, tal y como indicó, "lo intentarán mil veces, aunque sea una falsa esperanza".
Este senegalés salió por primera vez de su país natal en el año 1990, aprovechando unas vacaciones escolares, cuando era profesor en una escuela de su ciudad, después de que un amigo suyo que ya vivía en Barcelona le animara a salir de Senegal. El viaje lo realizó en avión, con todos los documentos en regla.
A los tres meses se incorporó a su puesto de trabajo en Mbour, pero volvió a salir al año siguiente, nuevamente a Barcelona, donde se enteró del proceso de regularización para extranjeros abierto por España. Aprovechando su estancia, solicitó acogerse a la normalización extraordinaria que le ofrecía nuestro país, junto con su amigo.
Al poco tiempo de regresar a Senegal le comunican que España ha aceptado su solicitud y decidió instalarse en Cataluña, donde llegó en el año 1992.
Pintor de "brocha gorda", temporero para recoger fruta, gerente de una red de tiendas de la firma "Tous" (en Barcelona) o empleado del Palau de Gel de Andorra han sido algunos de los trabajos que Ibrahima Niang tuvo que realizar en España para salir adelante.
"Yo sólo sabía dar clase, porque era la única profesión que había realizado en mi vida, pero me vi en la necesidad de aprender otros empleos para poder salir adelante", manifestó este senegalés, quien puso de manifiesto las penurias que ha tenido que atravesar y que forman parte de lo que él denominó "el orgullo del inmigrante africano". En este sentido, explicó algo que, en su opinión, es difícil de entender para un europeo y que tiene que ver con la cultura africana.
"Nos enseñan desde pequeños a crecer en valentía o en el coraje y a tener paciencia ante las dificultades", indicó el senegalés, quien añadió que a los niños les ponen ejemplos de héroes a imitar.
En su vida ha puesto en práctica esta enseñanza. Ibrahima Niang cuenta con un trabajo estable, tiene la nacionalidad andorrana, se ha casado con una senegalesa y acaba de ser padre de su primer hijo.
Además, no descarta participar en la vida política del país en el que vive o lograr trabajos de más nivel.
Fuente: www.eldia.es
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