http://www.20minutos.es/imagen/795300Nueve meses en el monte para evitar la expulsión
59 inmigrantes indios sobreviven a duras penas en un poblado de chabolas oculto entre matorrales cerca del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta | No solicitaron el asilo porque desconocían el trámite y el Gobierno quiere repatriarlos
Hoy se cumplen nueve meses desde que un grupo de 59 inmigrantes hindúes decidió, por voluntad propia, abandonar el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) en señal de protesta por el anuncio de su repatriación. Hoy malviven en un monte de Ceuta.
Primero el calor de los meses de verano, luego las lluvias de los meses de septiembre y octubre y ahora el frío no han podido minar la resistencia de este grupo de inmigrantes que dicen estar dispuestos a "llegar hasta el final", dicen.
Gurpreet Singh y sus compañeros viven en un poblado de chabolas oculto entre los matorrales del bosque cercano al CETI, asegura que el paso del tiempo no ha debilitado al grupo.
"Llevamos una media de dos años en la ciudad y consideramos que es tiempo suficiente para que el Gobierno nos otorgue el permiso para trabajar en la península", explica el portavoz del grupo de inmigrantes. En este largo periodo de espera, siete de ellos ya han conseguido encontrar un trabajo en varios bazares y como mozos de carga de camiones.
Los inmigrantes abandonaron el CETI el 7 de abril, al conocer que iban a ser expulsados a su país de origen por no haber pedido el asilo político.
Los indios han asegurado desde el primer momento que desconocían que tenían que solicitar el asilo para permanecer en el territorio español y se les ha pasó el plazo legal para pedir refugio.
Recuerdan,m además, que en 2007 se adoptó una medida de gracia con 33 inmigrantes de Bangladesh que se encontraban en su misma situación.
Resistencia y desánimo
Amardir Singh, uno de los hindúes que habitan en el monte, se gana la vida en el centro comercial Parque Ceuta. Allí consigue unos céntimos ayudando a llevar las bolsas de la compra hasta los vehículos.
Aunque resisten, el desánimo también ha afectado al grupo. Amardir Sing sufrió, a finales del año pasado, una crisis de ansiedad debido a la tensión que le provoca pensar que su familia necesita su ayuda en su país. Estuvo ingresado durante once días en la segunda planta del hospital civil del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria donde le fue diagnosticada una depresión.
La Delegación del Gobierno en Ceuta ha asegurado que la situación del grupo no ha cambiado y que no hará excepciones en la aplicación de la Ley de Extranjería.
La representación del Gobierno en la ciudad autónoma admitió que hace un año concedió una ayuda a un grupo de Bangladesh que llevó a cabo idéntica protesta por razones humanitarias debido a un terremoto que había azotado su país.
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