viernes, 12 de diciembre de 2008

ZULEIMA, ARENA Y SAL








Bergman se dirigió con sigilo hacia Óscar para decirle por undécima vez que se lavara y adecentara un poco antes de la actuación. Pero en su interior Bergman sabía también que se había acercado a Óscar, porque le importaba. Le preocupaba verlo caer día a día en las redes del alcohol y la deseperación. En esos momentos cuando la preocupación por Óscar le encogía el corazón, al verlo cada vez que lo veía triste y borracho transitar por las calles de Puerto del Carmen y Famara, se preguntaba asimismo sino se estaría enamorando del músico cubano.
Bergman la llamaban por su parecido con la citada actriz Ingrid Bergman y por ser fan indiscutible de la película Casablanca. Una de sus frases era si a Ingrid Bergman y Humphrey Bogart siempre les quedará París, a mí siempre me quedará Lanzarote y la esperanza de hacer una nueva vida.
De Bergman apenas nadie sabía nada. Era rubia y de ojos azules, delgada, atractiva y muy enigmática. Nadie sabía su verdadero nombre, ni su edad, ni tan siquiera el país que la había visto nacer. Su acento hacía pensar que procedía de cualquier región de Europa del Este, aunque esto no estaba confirmado. Le encantaba tocar al piano, sobre todo la canción de Sam en Casablanca. Trabajaba de camarera en el pub donde Óscar tocaba, y durante sus ratos libres hacía horas extras en las calles de Arrecife vendiendo su cuerpo estropeado por la droga al mejor postor, para poder seguir permitiéndose sus coqueteos con la cocaína, de la que algún día no muy lejano se había prometido dejarla. Y ese día, cuando lo consiguiera, el dinero íntegro de la prostitución iría a parar a su pequeño hijo y a su madre en Rumanía, para que no pasaran más necesidades.
Hanah encontró una nota de Óscar sobre su escritorio que decía:
“Perdona si estos días no he estado pendiente de ti, pero tengo mucho dolor de corazón y necesito beber para olvidar. Espero tu comprendas. Vete a la tetería de Zuleima. Es una chica marroquí que conocí. Tiene mucha sabiduría. Te ayudará mientras yo no esté disponible. Mucho ánimo y ya verás que pronto vas a caminar bien, ya verás, ten fe. Le he puesto muchas velitas a la Caridad del Cobre.
Cuidate, mi muchachita.
Óscar Carrillo Valdés”

CONTINUARÁ......
Autores: Nayra del Rosario Hernández Benítez.
Aarón Moreno Borges.

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