"ZULEIMA, ARENA Y SAL"

Muchas tardes le gustaba contemplar el ocaso desde Famara, Punta Mujeres o el cercano Arrecife entre el bullicio de la gente y la belleza del malpaís que cubría parte de la isla. Allí, envuelta por el paisaje, Zuleima sentía un abrazo de calidez y esperanza, mientras la brisa del mar acariciaba sus negros cabellos y sus pies desnudos besaban la arena de la playa. Su vista se perdía entre los caseríos de la isla, caracterizados por el color blanco de las fachadas y el verde de las puertas y ventanas, entre Las Gerias, donde reposaban viñedos y en las salinas sus ojos y todo su ser se impregnaban de arena y sal. Estos sabores y esencias isleñas eran obra y gracia del admirado artista lanzaroteño César Manrique, artista que, por otro lado, Zuleima admiraba, aún no conociéndolo en persona, debido a su mortal accidente de tráfico, allá por el año 1992. Zuleima había escuchado, por boca de sus vecinos isleños, que César Manrique era un señor admirable, más si cabe por su más acérrima defensa del paisaje isleño, su sensibilidad así lo requería.

Un joven entró a la tetería con sigilo y se detuvo a mirar obnubilado la belleza del patio, para más tarde concentrar su atención en los dulces, chocolates, los botes de rooibos y té, dejándose seducir por sus inconfundibles aromas. Tal era su estado de obnubilación que apenas se dio cuenta de que empezaba a caer una ligera llovizna y Zuleima le invitaba a entrar en las habitaciones interiores preparadas para tomar té.

Solamente cuando sintió las gotas de lluvia sobre su piel y el tintineo de ésta en los botes y en el mostrador, volvió en si y aceptó la invitación de Zuleima.

_ ¿Aceptaría un té, caballero?

_ Si, lo aceptaría muy gustoso.

_ Ya verá como le gustará; es un té verde con menta, típico de Marruecos. Les pondré varios msemmen que elaboré esta mañana.

_ Perdone mi ignorancia, pero ¿qué es el msemmen?

_ Son crepés hechos con harina de maíz, ya verá como también le agradan.

_ Bueno, si son tan exóticos como su nombre no hay duda de que deben ser exquisitos.

Mientras Zuleima servía el té con una tetera artesanal de plata de Fez, le preguntó al joven si deseaba algo más.

_ La verdad sea dicha; la felicito por el agradable té y por los maravillosos aperitivos que ha tenido la gentileza de servirme. Y bueno, en cuanto a lo que me pregunta...si, desearía que me recomendara algún té o infusión que me permitiera concentrarme lo suficiente para poder componer mis partituras, mi música en resumidas cuentas, algo que me devolviera la creatividad. No la encuentro en mi yo interior, y menos aún en el entorno que me rodea. Ando algo espeso, si le soy sincero.

_Bueno...deje que lo piense...¡ya se lo que necesita caballero! podría recomendarle algún rooibos relajante o una infusión que le estimulara el ánimo y la memoria. Pero, pienso que antes de tomar cualquier infusión para recuperar su creatividad, debería intentar resolver la raíz de sus problemas y conflictos internos.

_Es usted muy atrevida para no conocerme señorita. Pero, con franqueza, me gusta mucho su forma de ser. No pensaba que las mujeres de Lanzarote fuesen tan atrevidas como usted.

_Ya..., pues siento decirle que aunque me siento lanzaroteña o conejera como dicen mis vecinos, en realidad soy marroquí, aunque me considero ciudadana del mundo y he de reconocer que me enamoró esta isla desde la primera vez que la pisé.

_¿Marroquí? ¿En serio? Curioso...¿y cómo es que no lleva ese velo en la cabeza, el hiyab, creo que se llama así ese velo islámico?.

_Verá caballero, soy musulmana y me siento muy orgullosa de ello, pero creo que no ha llegado el momento de sentirme preparaba para usar el velo.

_Vaya, vaya....Pensé que todas las mujeres musulmanas lo llevaban. Bueno también pensaba que nunca vería a una mujer de un país árabe al frente de un negocio.....

CONTINUARÁ..............

Autores: Nayra Rosario Hernández Benítez

Aarón Moreno Borges