Ineke Koops, de 71 años, viajó en coche desde Holanda hasta Cádiz (2.100 kilómetros), y después en barco hasta Canarias, para ver a los niños de los cayucos, después del informe de Human Rights Watch. Hizo el viaje en dos ocasiones. El Gobierno canario se lo impidió, pero finalmente lo logró gracias a la televisión holandesa.
DORY MERINO, Tenerife
"Canarias no está tan lejos, sólo he tardado siete días en llegar (en coche y barco) desde mi ciudad, Hardenberg (Holanda), porque deseaba ver cómo viven los menores extranjeros que llegan en cayuco a las Islas", explicó Ineke Koops, una holandesa de 71 años que ha acogido en su casa a 60 inmigrantes en situación irregular en los últimos ocho años.
Ineke Koops recorrió 2.100 kilómetros en su coche desde su ciudad hasta Cádiz, donde cogió el barco con destino a Canarias, para comprobar con sus propios ojos la situación de los menores africanos que se encuentran en los centros de emergencia del Ejecutivo autónomo, alertada por el informe de Human Rights Watch, de julio de 2007, que apuntaba supuesto maltrato a los menores extranjeros no acompañados en los centros de emergencia de las Islas, especialmente en el de La Esperanza, donde habla de "palizas sistemáticas", y en Arinaga, donde el documento cita abusos sexuales.
Inició su primera salida en coche a primeros del pasado mes de marzo y estuvo en Gran Canaria hasta el 19 de junio, para visitar el centro de menores de Arinaga, en Las Palmas, uno de los que cita Human Rights. Contactó con los padres franciscanos de Gran Canaria "por si los centros de menores podrían ser un campo de misión para el siglo XXI".
Ineke Koops intentó por todos los medios acceder al interior de Arinaga para hablar con los chicos africanos, pero no lo consiguió.
Dijo que escribió en francés a la directora general de protección del Menor y la Familia, Carmen Steiner, solicitando una cita con ella y un permiso para entrar en el recinto, sin conseguirlo. Al cabo de cinco semanas y después de llamar por teléfono reclamando la cita, le respondieron que como la carta estaba en francés, no la habían podido leer. Koops no se dio por vencida y encontró quien le tradujera la carta al español. Volvió a presentarla al mismo departamento, pero tampoco encontró respuesta.
A los tres meses volvió a su país con el disgusto de no haber podido cumplir su objetivo.
"No me dejaron visitar a los menores -señaló-, y por los datos que pude recabar desde fuera, entendí que recibían muy poca formación general, algo de español y un poco de capacitación profesional".
"Vi el centro por fuera y no me gustó". El pasado mes de octubre volvió a intentarlo, esta vez con el objetivo de ver el centro de menores de La Esperanza, en Tenerife, y, además, aprender español, porque no lograba hacerse entender en Canarias. Por este motivo comenzó a recibir clases de castellano en una academia y, al cabo de dos meses, ha logrado hablar el castellano con fluidez.
No obstante, "pasaban las semanas y tampoco obtenía la respuesta afirmativa para visitar el recinto".
Ineke Koops aseguró que también acudió a la diputada socialista Gloria Gutiérrez, quien le explicó que la competencia es de la Consejería de Bienestar Social, algo que ya sabía.
En vista de los obstáculos que encontró se acercó al Cementerio de Santa Lastenia, donde puso flores a las tumbas de los inmigrantes enterrados allí. Manifestó su alegría y su emoción en este acto.
Además, por su cuenta se desplazó hasta el centro de La Esperanza, donde, después de su tesón, fue recibida por el director, pero no le permitió hablar con los menores. Sólo vio las instalaciones, "de régimen carcelario", apuntó.
"En Holanda, los menores como estos son acogidos en familias, nunca en estas grandes infraestructuras". Dijo que existen algunos recintos de acogida, de pocas plazas y temporales, sólo para menores de más de 15 años.
"Me hubiera gustado preguntar a la Consejería de Bienestar Social por qué motivo en Canarias no van estos niños con familias".
La televisión holandesa le abrió las puertas. Ineke Koops recibió una llamada de una cadena de su país interesándose por su iniciativa. Los periodistas de esa televisión solicitaron a la Consejería grabar unas imágenes en un centro de menores de emergencia y, gracias a ellos, por fin y todos acompañados por responsables de la Consejería, pudo entrar en el centro de menores de Tegueste y habló con los chicos africanos.
"Dialogué con tres niños guineanos que habían llegado en cayuco hacía una semana", aclaró.
Ahora, su país conocerá los hechos. El 7 de diciembre se emite el reportaje en la televisión holandesa.
Según Ineke Koops, "deseo que todos los europeos conozcan cómo viven los menores africanos en Canarias". En este sentido, Koops puso de manifiesto la contradicción que ha vivido en las Islas. Por una parte, el Gobierno canario quiere que Europa conozca la situación de los menores que llegan en cayuco y cómo viven en las Islas, pero, por otra, cuando un europeo viene con buena intención a comprobarlo, "le cierran todas las puertas".
Fuente: http://www.eldia.es/2008-11-30/sociedad/sociedad3.htm
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