miércoles, 4 de junio de 2008

PAPA DEMBA FALL.



El geógrafo Papa Demba Fall (Dakar, 1955), miembro del Instituto Fundamental del África Negra de la Universidad de Dakar habló ayer en el seminario sobre migraciones internacionales que acoge la Casa de Colón.


MARIANO DE SANTA ANA - LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. -
¿Qué es el Instituto Fundamental del África Negra?

- Es el antiguo Instituto Francés del África Negra, actualmente se denomina Cheikh Anta Diop, por el nombre de un gran investigador senegalés que demostró la anterioridad de las civilizaciones africanas y egipcia respecto a las civilizaciones occidentales y que África, por tanto, es la cuna de la civilización.

- ¿Qué actividad hace el Instituto en relación al problema de la emigración?

- Las investigaciones sobre emigración se desarrollan en el Instituto de Geografía a través de la Red de Estudios de las Migraciones Internacionales Africanas, el Rémigraf. Se considera que para encontrar una solución adecuada hay que tener, evidentemente, conocimientos sólidos sobre un problema que antes de que llegara a los medios de comunicación ya ha sido abordado científicamente. Nosotros, por ejemplo, ya abordábamos la cuestión de los cayucos en 1996

- En su conferencia ha usado la expresión "rechazo a la muerte social". ¿Puede hablarnos sobre esta cuestión?

- Es una fórmula para dar cuenta de lo que viven los candidatos a emigrar. Son personas que se sienten atraídas por la emigración porque el emigrante es la figura emblemática del hombre de éxito, vive una vida plácida, puede ir a La Meca en peregrinación y tiene una casa bonita. En algunas regiones de Senegal, cuando se está haciendo un estudio sobre emigración, no es necesario buscar a los emigrantes, basta con mirar las casas. Las más hermosas y de varios pisos son siempre las de los emigrantes. Por eso la gente que quiere emigrar asume los riesgos de su decisión, dice que el mar no tiene brazos, y añade incluso que estos peligros tienen que existir. Pero aspira a un estatus social, lo que en argot senegalés se denomina "tekki", que es ser alguien, tener éxito en la vida. Y para demostrar que son plenamente conscientes del peligro estas personas acuden a consultar al marabú, el líder religioso, para que les dé medios de protección contra ese peligro. El marabú juega un papel central en la preparación del emigrante.

- Durante su intervención ha hablado incluso de madres que organizan colectas para pagar la emigración de sus hijos. ¿Puede hablarnos sobre ello?

- En 1996 estudié a las mujeres y observé que se movilizan y buscan fondos para que sus hijos puedan partir. No es que organicen colectas, buscan fondos porque las mujeres saben que si un hijo emigra eso redunda en beneficio de la familia. Cuando emigra el hijo de una mujer que forma parte de una familia polígama esa mujer adquiere un estatus superior. Es un poco como enviar a los hijos a la escuela para que se eduquen y tengan éxito.


- ¿Qué propuestas pueden hacer los países occidentales para reducir la tentación de emigrar?

- No estoy a favor de parar la emigración. La tesis que defiendo es la de la libre circulación de los individuos. Estoy convencido de que si la gente tiene derecho de circular libremente tendrá menos tentación de quedarse en los países de acogida. Durante mi intervención recordé que la emigración africana es una emigración periódica, es como un movimiento de noria, se va y se regresa porque queremos mucho a nuestro lugar natal, porque tenemos un vínculo primigenio con nuestra tierra y no queremos exiliarnos. La emigración mediante remesas contribuye a resolver los problemas de la comunidad en la que hemos nacido y ésta es otra de mis tesis: la primera ambición de la emigración es reproducir la sociedad de origen. Mientras la sociedad de origen podía subsistir porque no había problemas en su seno no había tentación de partir. La emigración es una respuesta a los problemas en las sociedades de origen.

- ¿Frontex disuadirá a los jóvenes de emigrar?

- El Gobierno de Senegal acaba de prorrogar los acuerdos de Frontex, pero Frontex es sólo un dispositivo y los emigrantes saben perfectamente que los dispositivos están para esquivarlos. Eso es todo. Frontex es nuevo; antes estaba la valla de Ceuta y los emigrantes africanos encontraron los medios para esquivarla; se instauraron los visados y los emigrantes también encontraron los medios para evitarlos. Esquivar los dispositivos no es algo africano. Los espaldas mojadas mexicanos hacen lo mismo.

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