Lo que Hay José M. Clar Fernández
Inmigración y delincuencia
ESPAÑA, en la primera mitad del siglo pasado, fue un país del que tradicionalmente partían emigrantes, pero en los últimos años se ha convertido en una tierra de acogida a la que acuden millares de personas de muy diversas nacionalidades, atraídas por las oportunidades de empleo y de bienestar social que les brinda nuestra tierra, y por la permisividad de estancia y facilidad de regularización que se está teniendo con ellos. Algo que no se les ofrece en otros países europeos. Este fenómeno ha representado uno de los cambios más importantes que está experimentando la sociedad española.
Es cierto que los inmigrantes suponen una importante aportación al desarrollo económico de nuestro país, sin embargo, también es cierto que la inmigración está favoreciendo el incremento de la delincuencia. La gran cuestión es si se trata de una falsa o errónea percepción, o tiene una base real. O, dicho de otro modo, ¿existe una correlación entre inmigración y delincuencia hoy en España?
Veamos. Resulta obvio que, a medida que aumenta el número de extranjeros residentes en España, ha aumentado también el número de delitos cometidos por ellos, por la sencilla razón de que todo grupo humano, proceda de donde proceda, incluye cierto número de delincuentes. En cualquier caso, es innegable que la población extranjera presenta en España una tasa de delincuencia mayor que la autóctona, en términos porcentuales. Así, en números absolutos, según datos de instituciones penitenciarias, a fecha 9 de noviembre de 2007, el número de presos existentes en las cárceles españolas superaba ya los 67.000. En los últimos cuatro años la población reclusa creció en España en un 31,59 %. Del total de presos que hay en la actualidad, el 34 % son extranjeros. Es decir, casi la tercera parte del total cuando éstos representan, por ahora, sólo un 10 % de la población española.
En vista de estas cifras, pretender desligar la inmigración con la delincuencia no parece que sea algo razonable, si no, ¿cómo se explica que más del 50 % de los asesinatos, las violaciones, los robos con violencia desmesurada, las estafas y los fraudes, etc., sean cometidos por inmigrantes? Por supuesto, no todos los inmigrantes son delincuentes, pero no es menos cierto que cuando vienen a España reproducen la "cultura" de su país, Y si vienen de un país donde las desavenencias entre personas se resuelven a tiros o a cuchilladas, o donde la mujer se la trata como a un perro, es muy probable que aquí hagan lo mismo. Y eso no tiene que ver ni con el color de la piel, ni su procedencia, sino con la cultura.
La relación entre inmigración y delincuencia en España, pues, no es un mito. Es cierto que las tasas de detención son más altas entre la población extranjera que en la autóctona, particularmente en el caso de los procedentes de países extracomunitarios, y lo mismo puede decirse de las tasas de encarcelamiento. Las diferencias son demasiado grandes para que puedan explicarse por una presunta discriminación, voluntaria o no, por parte de policías y jueces. Pero, salvo en el caso de bandas organizadas que acuden a España para delinquir, tampoco puede achacarse a una presunta propensión innata al delito por parte de los extranjeros, como podría postular alguna teoría racista hoy desacreditada. Por consiguiente, salvo algunas excepciones, que sí las hay, los extranjeros inmigrantes que legal o ilegalmente residen en España no son, por su origen étnico, racial o nacional, delincuentes natos, sino que propenden a delinquir de la misma manera que la población autóctona española, cuando los factores ambientales y personales son unos muy determinados. La entrada incontrolada de inmigrantes puede aumentar los casos de marginalidad de muchos de ellos porque para subsistir algunos de ellos delinquen. Los delitos, especialmente aquellos que van acompañados de elementos de especial violencia y crueldad, llaman con fuerza a la imaginación y pueden contribuir más a crear estereotipos injustificados excluyentes.
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