P: ¿Cómo vivió los peores momentos de la inmigración en Canarias, con los cayucos llegando de tres en tres y centenares de muertos en las aguas entre África y Canarias?
R: Fueron momentos muy duros. Desde que llegó el primer cayuco a Tenerife, en el año 2005, he mantenido una actitud muy firme. Antes ya me había sorprendido la insolidaridad de unos canarios respecto a otros. Recuerdo cuando en los años noventa llegaban pateras a Fuerteventura, las escenas que se veían en los telediarios eran vistas con escepticismo por los televidentes de Tenerife y las islas occidentales. Se veían como algo que ocurría en otro lugar del mundo. Pero a partir de 2005 surgió un nuevo fenómeno, la llegada de jóvenes desde Mauritania y Senegal. La incomprensión, el alarmismo y la inhumana actitud de determinados políticos, comentaristas radiofónicos y algunos editorialistas quisiera olvidarla.
P: ¿Afirma usted que Canarias ha sido insolidaria ante este fenómeno?
R: En absoluto, no se puede generalizar. Pero sí afirmo que ha habido políticos y algunos personajes que generan opinión pública que no dieron la talla. Afortunadamente, sus planteamientos catastrofistas y escandalosos no penetraron en el sentir del ciudadano normal. Yo dije muchas veces que me alegraba de la llegada de un cayuco, porque al menos esas personas, que no eran chatarra ni mercancías peligrosas ni material radiactivo, lograban salvar la vida. Hemos gestionado el fenómeno y hemos aplicado la ley, pero no se trata de delincuentes, sino de gente que merece un respeto notable. Me siento muy satisfecho de que estos planteamientos fueron escuchados por el Gobierno de España.
P: ¿Está orgulloso de cómo se ha hecho frente a los cayucos desde Madrid?
R: No desde Madrid, sino desde el Gobierno de España. La labor de los ministerios de Interior y Trabajo ha sido inconmensurable, dotando de embarcaciones y helicópteros y negociando convenios bilaterales con Mauritania y Senegal. La labor de solidaridad y cooperación se tiene que incrementar, pero ha sido muy importante en estos tres años.
P: Pero sus planteamientos también le han generado algunos conflictos en su entorno cercano, como en la isla de donde procede, Tenerife, y en su propio partido, el PSOE.
R: Yo no soy consciente de ello, otra cosa es lo que digan a mis espaldas. ¿Quién puede criticar una labor humanitaria como la que hemos hecho? Tengo que decir que sí ha habido miles de personas que me han felicitado estos años por lo que estábamos haciendo, lo que eleva mi respeto por el pueblo canario. Quienes han querido intoxicar no lo han conseguido.
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