martes, 15 de enero de 2008

CURIOSA Y ORIGINAL MUESTRA: "REPÚBLICA DE TRÁNSITO". ¡¡NO SE LA PIERDAN!!


"Este visado es individual y tiene una validez improrrogable" gritan las letras impresas en el permiso necesario para poder acceder a la República de Tránsito, "un país no alineado con ninguna sociedad supranacional" en el cual una treintena de creadores ofrecen sus reflexiones sobre las fronteras.


MAYTE MÉNDEZ SANTA CRUZ DE TENERIFE
Nosotros los escritores, nosotros los argentinos, nosotros los ricos, nosotros los solidarios, nosotros los culés, nosotros el Rey... La frontera de cartón se llena de pintadas, de conceptos que nos unen o nos separan, que nos diferencian o nos igualan. Sobre ella, la alambrada de las desigualdades. Un país que es una utopía, que es la ficción ideada por el colectivo La Balsa y que puede visitarse en el teatro del café del Círculo de Bellas Artes Santa Cruz de Tenerife hasta el próximo 9 de febrero. Alejandro González, Rafael García, José Carlos Cueto y Gonzalo Mondelo, arropados por las propuestas de una treintena de "amigos artistas", han levantado en este espacio capitalino su propio país, un estado que han bautizado con el nombre de República de Tránsito y a través del cual regalan reflexiones sobre las fronteras. "Hemos creado esta república apócrifa a la que se exige un visado para entrar, un visado que se recoge y rellena en la entrada", explica Mondelo, uno de los cuatro marineros de La Balsa, a la vez que aclara que con la fundación de esta república han querido "invitar a gente para que desde dentro de nuestras fronteras puedan expresarse más libremente sobre las mismas". Este país inventado se divide en tres provincias: El otro lado, Nosotros y ellos y El dinero como frontera. Una vez rellenado y sellado el visado, el turista se encontrará de frente con ese muro lleno de nosotros. "Uno de los lemas que usamos es esa diferencia entre nosotros y ellos, un lema que habla de choques y separaciones", subraya Modelo que puntualiza que "cuando pensamos en nosotros, pensamos en un termino restrictivo. Nunca todos somos nosotros". Si el explorador de mundos nuevos sigue adentrándose en esta república hallará unas cajas sobre unos pedestales. En ese Otro lado, el visitante podrá descubrir a través de las mirillas de cada paquete (como si fuera un voyeur) los universos que los artistas que han enviado encerradas en cartón desde Nueva York, China o Buenos Aires. La visita termina recordándonos a todos, propios y ajenos, que el dinero son las fronteras. Un mapamundi hecho de billetes no deja que lo olvidemos. Un ejército de rojo nos acompaña.

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