domingo, 13 de enero de 2008

CARTA DE LARA. EXPERIENCIAS Y ANÉCDOTAS EN MALÍ COMO COOPERANTE.

















Si la mujer normalmente suele ser ciudadana de "segunda" en muchos sitios, en Malí no deja de serlo. Y si antes las tenía en un pedestal por su fortaleza y por la cantidad de trabajo que llevan a cabo, ahora las tengo más arriba, porque realmente nacer mujer aquí es muy duro. Ya conté que es el hombre el que suele llevar la economía de la casa, y hasta ahí la cosa no está tan mal. Lo malo es que ella se vea completamente dependiente de él, y tenga que consultarle absolutamente todo. Si a él le apetece darle dinero para comprar X cosas, lo hará (y no me refiero a ropa o artículos para ella, sino a comida, ropa para los niños o pañales...) Si no le apetece, ella tiene que asumir que es lo que hay y punto. No hay más. "¡¡Qué trabaje ella también!!", me dicen algunos, pero es que si ellas trabajan, igualmente será él el que administre el dinero que ella gane.

Aunque hay opiniones diversas con respecto al tema. He podido comprobar que la mentalidad del hombre con respecto a la mujer dista mucho de ser como debería. El hombre sigue tomando las decisiones, sean importantes o no, y la mujer ha de acatarlas. Ni siquiera hay lugar para discusión. Las cosas son así y más vale que las hagas. Ni siquiera creo que sea una cuestión de maldad, más bien cultural, pero si un bebé está llorando, y la madre está fuera con el carbón cocinando, lavando y haciendo mil cosas a la vez, el hombre lo cogerá y se lo llevará donde está la madre, para que se lo ponga a la espalda y siga con sus tareas....mientras, él seguirá hablando con sus vecinos, tomando el té o haciendo las actividades que le apetezca...Eso me enerva. Al igual que me enerva que el trabajo de la casa no se considere trabajo (igual que en Europa), o que la mujer esté durmiendo y se le despierte sólo para que parta sandía o prepare la cena. Pero joder, ¿es que uno no tiene manos para hacerlo?

Conmigo es diferente, por el hecho de ser europea, aunque si es cierto que hay un sobreproteccionismo de la leche. Así que aquí estoy, cediendo en muchísimas cosas para que la convivencia sea armónica, pero intentando hablar también sobre determinadas cosas que creo que habrá que cambiar. Lo cierto es que una se encuentra en una tesitura un tanto difícil, ya que no puedes hacer determinadas cosas, porque si el hombre se enfada, no lo hará con la "tubabu" (blanca) de turno, sino que la pagará con su mujer o con los niños.

A parte de esto, que últimamente me tiene bastante preocupada (porque no soporto ver determinadas actitudes), el otro día nos fuimos al terreno. Es un pozo que se ha hecho en un pueblo llamado Diaye Coura, en la región de Kayes, justo haciendo frontera con Mauritania (hay un mapa adjunto para que se hagan a la idea) y aunque está a unos 500Km, nos pegamos unas siete horas en coche. Las primeras rutas estaban asfaltadas o eran caminos de tierra más o menos soportables hasta llegar a Diema. Allí empieza el calvario, hasta Nioro du Sahel, que está pegado a Mauritania y el último tramo, que era ya para llegar al pueblo (Diaye Coura) donde para recorrer los últimos 55Km nos pegamos como dos horas.

Así que allí estaba yo con cuatro malienses camino del fin del mundo, dando botes y “flipando” con el paisaje que iba cambiando según nos acercábamos al desierto, de verde y arbustillos con una tierra rojísima, a paisajes más áridos con baobabs enormes desperdigados por ahí. Por cierto, qué bonitos son los baobabs. Bueno, que llegamos por fin a la comuna, (normalmente hay comunas constituidas por 4 ó 5 pueblos, alejados entre sí unos km) y pasamos por uno de los pueblos para recoger al alcalde e ir a ver el pozo que se había construído. Pasamos por entre una especie de calles de adobe con el coche, pensando que si fueran un poco más estrechas nos las llevaríamos de golpe con el coche en un cerrar y abrir de ojos. A esas alturas del viaje yo ya estaba llena de polvo. Total, que vamos a ver el pozo, un pozo eléctrico con paneles solares, que alberga unos 10.000 litros de agua y que podrá no sólo abastecer a unas 5.000 personas, también tiene un abrevadero para la cantidad de animales que hay (que es de lo que viven). Nos reunimos con los viejos de la comuna para hablar sobre el proyecto, en dos o tres dialectos diferentes (peul, bambará y otro que no recuerdo) y se les recuerda que la comuna tiene que pagar el 10% del total del proyecto (unos 3000 euros). Esto se hace para que la gente tenga una mayor implicación y cuide las cosas, si no, se lo toman como "regalos" y eso dura menos que nada. Bueno, como es una gente súper pobre, ese dinero viene de los inmigrantes que hay en Europa, América...que contribuyen para poder mejorar las condiciones de su gente.

Así que después de comprobar que todo estaba en orden y que las cosas funcionaban según debían, pasamos allí la noche en una especie de "casa" con "colchones" en el suelo y una vela para darnos luz. Como no hay ni electricidad, ni agua corriente (hasta ahora que está el pozo), pues a las siete de la tarde, la gente se reúne en las puertas de sus chozas de barro y paja alrededor de un fuego y hablan y cenan arroz y se toman ese té verde que está tan propagado por todo el África Subsahariana.

Me llamó muchísimo la atención el hecho de que no hubiera nada, y aún así mi móvil tuviera cobertura (los de orange no dejan ni un espacio sin red) ¡¡qué fuerte!! ¿pero cómo recargan los móviles si no hay electricicdad?, pues con la batería de alguna moto quizás .jajaja, no sé. Todo un misterio para mí, sin duda...pues a las siete estaba sentada, mirando lo espectacular del cielo. Bueno, es que eran estrellas con cielo. Yo flipada con el cielo, con los baobabs, con la cantidad de pájaros raros para mí porque no los había visto nunca, y ellos flipaban con que yo flipara con esas chorradas....¡¡qué cosas!!

Si la mujer en la ciudad curra, en el campo ya ni te cuento. Se encargan de todo. Los hombres están con los animales, o hablando, o tomando el té, y ellas hacen todo lo demás. Es curioso, porque en la reunión que tuvimos para hablar del proyecto no había ni una sola mujer, y sin embargo son ellas las que tiran “palante”, y más desde que los hombres jóvenes se ven obligados a emigrar para poder traer algo de dinero a casa.

No sé si viajar a África es en muchos sentidos viajar hacia atrás en el tiempo. Haber estado en este pueblo, es como haber viajado a la edad media. Debía de ser algo parecido.

A la vuelta, otras siete u ocho horas de camino, parándonos en "estaciones" para poner gasolina y comer algo en uno de esos puestos de arroz y cordero. Yo acabé comprando una lata de sardinas y metiéndolas en un pan que compré por ahí, porque además nos regalaron un cordero que viajó en la parte de atrás del coche con nosotros todo el camino, atado y metido en un saco, y como que comerme uno de su especie pues no, jeje son las tonterías que tengo, que a parte de que no me gusta la carne, ¡¡ni de coña!! me comería un bicho que ha estado vivo detrás de mí durante casi un día entero (que es lo que hicieron ellos al día siguiente).

Me hizo muchísima ilusión encontrarme con gente que vestía melfas y darrás (la ropa típica mauritana) y que de repente pudiera volver a decir essalam alaykoum shukran (gracias) y chapurrear las dos tonterías que aprendí en Mauritania....jajaja fue genial.

Y bueno, por ahora eso es todo. Con tanto cambio de tiempo me he cogido una faringitis de caballo, y por eso esta mañana me he quedado en casa, aprovechando para escribir un poco y ponerme al día con todo el papeleo. La gente dice que la malaria tiene los mismos efectos que la gripe (bueno, más fuertes), y en realidad si no fuera porque tengo la garganta al queso, pensaría que me he cogido una, jajaja ¡¡vaya paranoia!! Pero no, está todo bien, y es una simple gripe. Además, después de consultarlo, he dejado de tomarme la pastilla para la malaria. Si me pica un mosquito con malaria, me va a dar igualmente, me la tome o no, y en vista de que estoy en la capital y puedo acceder a un hospital con relativa rapidez, lo mejor es que la deje. Así que a ver qué pasa (no va a pasar nada, inshallah)

En fin, que voy a ver si lavo algo de ropa, aprovechando que ha salido el sol, y de paso aprovecho para ver cómo las mujeres están preparando cheguén. Es raro, es una especie de mijo, o cereal que se prepara como el couscous, se mezcla con cebolla cruda, un poco de aceite y se fríe algo de pescado. En realidad está muy bueno, y así varío un poco y dejo de comer arroz, jeje.

Lo dicho, que estoy bien, y que infinitas gracias a los que durante un minuto se han parado a escribirme, aunque sea para darme ánimos y mandarme un beso!! jeje la verdad es que estando tan lejos y viviendo de una manera tan "africana" a una se le alegra el corazón cuando lee a la gente que quiere..y ¡¡qué coño!! me da muchísima vidilla. Así que mil gracias. Espero que por ahí las cosas vayan bien...

Seguiré escribiendo. Un beso muy grande.

LARA

1 comentario:

Lourdes dijo...

MUY INTERESANTE Y ENRIQUECEDOR EL RELATO DE LARA