


May. 20
El caminante (V)
[AD]BARCELONA MAYO 2008(ESPAÑA)EL CAMINANTE (V)(Yo emigro, tu emigras todos emigramos…)
El caminante (V)
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En Venezuela, rodeado por las aguas del Mar caribe, existe un lugar que determina el punto extremo más al norte del continente latinoamericano, se trata de la “Península de Paraguana”, en el Estado Falcón, uno de los 22 estados que conforman esta nación sudamericana, por allí, hace 500 años pasó el navegante español Alonso de Ojeda, quien aprovechando que ese día era el onomástico de San Román en el calendario católico español, decidió que seria este un buen nombre para bautizar estos parajes del mundo.
Fue cerca de allí donde nací, en un pueblo a diez minutos en coche del cabo de San Román en la Península de paraguana, allí crecí, y allí adquirí el temple y el fundamento para llegar a ser quien soy hoy en día.Como dije, nací y crecí en un pueblo al que los indígenas llamaban “El Pueblo Nuevo”, por ser el lugar escogido por los monjes capuchinos a finales del siglo XVIII, para fundar junto con los hacendados de los alrededores , un centro de oración tanto para los fieles, como para los salvajes que vivían en la zona, y necesitaban de la cristianización, para llegar a ser tan civilizados como ellos; los monjes españoles, quienes por cierto tenían un nombre también mas civilizado para el naciente poblado, le llamaron; “El pueblo de la Pura Limpia e Inmaculada Concepción”.
En este pueblecito, aprendí a saludar a los vecinos por las mañanas, y a compartir la mesa con los amigos, aprendí a respetar a los mayores, y a ser honesto y sensible ante la desgracia ajena, en fin aprendí a ser lo que nosotros llamamos “buena gente” o “pueblerino”, que para mi significan lo mismo.
Pero como todo pueblerino, cuando llega la adolescencia te vuelves un inconforme con lo que tienes, empiezas a renegar de lo que te rodea, ya no te conformas con ser un muchacho mas del pueblo y quieres ser un chico de la ciudad, quieres viajar conocer el mundo, y tener lo que ves por la tele o en las revistas, y no te importa nada mas, y las calles donde jugaste de niño y donde paseaste con los amigos hasta ese día, ahora te parecen los barrotes de un gigantesca cárcel donde se marchitan tus sueños y deseos de aventura.
Pero como todo pueblerino, cuando llega la adolescencia te vuelves un inconforme con lo que tienes, empiezas a renegar de lo que te rodea, ya no te conformas con ser un muchacho mas del pueblo y quieres ser un chico de la ciudad, quieres viajar conocer el mundo, y tener lo que ves por la tele o en las revistas, y no te importa nada mas, y las calles donde jugaste de niño y donde paseaste con los amigos hasta ese día, ahora te parecen los barrotes de un gigantesca cárcel donde se marchitan tus sueños y deseos de aventura.
Así pasaban los días encerrado en mi pueblo, aburrido a morir e idealizando el mundo exterior alimentado de fantasías, y falsas concepciones sobre grandes ciudades y grandes países, tan distintos a mi “pobre país” y mi aun mas “pobre pueblo”, hasta que un día, tuve el placer y el honor de conocer a Don Pablo Darias, y entonces gracias a dios todas mis teorías fueron rebatidas una por una.
Don Pablo, es español, “canario” por más señas, llego a pueblo Nuevo, hace ya 60 años, y desde entonces y hasta hoy sostiene que encontró la tierra prometida.
Cuenta Don Pablo, que salio de su natal España, en un momento en que las familias se enfrentaban entre si, por ideales políticos absurdos, y que debido a ello la nación española se hallaba sumida en una depresión de la cual parecía que nunca iba a poder salir, que cada día era una proeza encontrar que llevarse a la boca, y que los hombres mujeres y niños vivían al borde de las fuerzas físicas y espirituales en medio de aquella catastrófica miseria.
Así que un buen día se encomendó a la divina providencia, recogió sus pocas pertenencias y como pudo se embarco junto a su mujer e hijos en busca de algún lugar en el mundo que se compadeciera de su situación, así llego una mañana a las costas de Venezuela, y con cierto recelo y temor desembarcó, se planto frente al primer venezolano que se encontró en tierra firme y espero con desconfianza su reacción, tan solo para encontrar una sonrisa y un apretón de manos que le dieron la bienvenida a una nueva vida.
Cuenta Don Pablo que deambuló algún tiempo por mi país hasta el día que piso suelo Paraguanero, ese mismo instante tuvo la plena certeza, que ese seria su nuevo hogar para el resto de su vida, un pedazo de tierra árida rodeada de montes a las afueras de Pueblo Nuevo.
Así que un buen día se encomendó a la divina providencia, recogió sus pocas pertenencias y como pudo se embarco junto a su mujer e hijos en busca de algún lugar en el mundo que se compadeciera de su situación, así llego una mañana a las costas de Venezuela, y con cierto recelo y temor desembarcó, se planto frente al primer venezolano que se encontró en tierra firme y espero con desconfianza su reacción, tan solo para encontrar una sonrisa y un apretón de manos que le dieron la bienvenida a una nueva vida.
Cuenta Don Pablo que deambuló algún tiempo por mi país hasta el día que piso suelo Paraguanero, ese mismo instante tuvo la plena certeza, que ese seria su nuevo hogar para el resto de su vida, un pedazo de tierra árida rodeada de montes a las afueras de Pueblo Nuevo.
Allí construyo una casa para sus hijos, allí le dio mas hijos a su mujer y a Venezuela, y allí aun esta después de medio siglo, mas convencido que nunca que no cambiaria jamás ese pedazo de tierra por la mas glamorosa ciudad de Europa.
Allí en ese lugar donde tiene su taller de mecánica y donde repara los tres o cuatro camiones que tiene, y que son el sustento de su familia, allí mismo me dijo una semana antes de venirme a España, “no te vallas Carlos, no te dejes engañar por las fantasías que has escuchado, allí no tendrás nunca lo que has tenido aquí siempre, tu no sabes el tesoro que tienes al vivir aquí, allí la gente no es igual , y siempre estarás al margen de la sociedad, y lo mas importante allí ganaras euros, pero tendrás que pagar en euros”
Pero yo no le quise seguir escuchando, y aquí estoy, en Barcelona, una de las ciudades mas importantes y glamorosas de España, y aunque me había graduado de periodista en mi país, aquí he sido, ayudante de albañil, portero de un bar, repartidor de publicidad, ayudante de carpintero, y ahora ayudante de electricista, me levanto a las seis de la mañana y me acuesto a las once de la noche cada día, vivo en una pequeña habitación donde pago la cuarta parte de mi sueldo mensual, lo demás se me va en comida y transporte, y lo poco que me queda es para pagar las deudas que deje en mi país para poder venirme, y aun si queda algo, es para mi familia a quienes les prometí ayuda económica antes de venir, y no he podido conocer mas lugares, ni mas gente porque no me queda nada de tiempo libre.
Tenia razón en una cosa Don Pablo; “aquí se gana en euros pero todo cuesta euros y aun más también te cuesta una parte de tu vida”.
Pero yo no le quise seguir escuchando, y aquí estoy, en Barcelona, una de las ciudades mas importantes y glamorosas de España, y aunque me había graduado de periodista en mi país, aquí he sido, ayudante de albañil, portero de un bar, repartidor de publicidad, ayudante de carpintero, y ahora ayudante de electricista, me levanto a las seis de la mañana y me acuesto a las once de la noche cada día, vivo en una pequeña habitación donde pago la cuarta parte de mi sueldo mensual, lo demás se me va en comida y transporte, y lo poco que me queda es para pagar las deudas que deje en mi país para poder venirme, y aun si queda algo, es para mi familia a quienes les prometí ayuda económica antes de venir, y no he podido conocer mas lugares, ni mas gente porque no me queda nada de tiempo libre.
Tenia razón en una cosa Don Pablo; “aquí se gana en euros pero todo cuesta euros y aun más también te cuesta una parte de tu vida”.
P.D. EMIGRAR = HOY POR TI + MAÑANA POR MI
Carlos Alvarado, VenezuelaC.N.P.14.430
Colaborador:: Carlos Alvarado(Venezuela)
Carlos Alvarado, VenezuelaC.N.P.14.430
Colaborador:: Carlos Alvarado(Venezuela)
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