domingo, 20 de marzo de 2011

EL SUEÑO DE ALIA


Entreabrió los ojos perezosa, sintiendo la suave caricia de unas manos delicadas en su cabello negro, derramado como un frasco de pura tinta en el regazo sobre el que descansaba su pequeña cabeza. ¿Mamá...? Quiso mirar el rostro de aquellas manos amorosas, hallando una borrosa sonrisa enmarcada por el caleidoscopio de oro y esmeralda, dibujado por el sol y las hojas del roble, a cuyos pies se extendía el picnic.

Dejó caer su vista, y frente a ella se formó la tierna sonrisa de un hombre desdibujado, que las observaba bajo la sombra. Sonrió, y se dejó acunar por la frescura de la brisa que mecía el hermoso tapiz multicolor templado por el sol, abandonada a la paz de aquella fragante mañana de primavera...

Y entonces recordó que era invierno. Era un pensamiento absurdo, pero algo en ella despertó y su felicidad se quebró. Podía ignorarlo y seguir en la más absoluta paz jamás conocida, pero no quiso y abrió sus ojos dorados. Las hojas del roble muerto cayeron en un lento remolino negro mientras se levantaba. A su lado yacían dos estatuas de madera pútrida y astillada, mirándose con ojos huecos y sonrisas rotas. Su cuerpo de niña se había convertido en la mujer que era. Una lágrima cayó de su rostro y sus padres fueron llevados por el viento convertidos en polvo y ceniza. Finalmente, alzó su vista al retorcido sol que devoraba el cielo cobalto, dejando tras de sí un techo de acero. El astro respondió al desafío y brilló con fuerza cegadora, devolviéndola a aquella cama de hospital en la que se encontraba atada y aturdida por los sedantes, sola con aquella lámpara ante una habitación vacía y oscura, sin más sonido que su respiración y el incesante goteo del intravenoso.

Y frente aquella oscuridad deseó que fuera verano.


Autor: David Borges Expósito, relato publicado en la revista univeritaria "Puzzle de sombras", nº2, año 2010.
Modelo: Eli
Fotografía: Aarón Moreno Borges
*Este relato no se hubiese publicado en este blog sin la autorización de David y sin la paciencia de Eli, compañera que me ayudó a visibilizar el texto. A ambos, gracias.

2 comentarios:

Viátor Zenshir dijo...

Gracias por tu publicación, me ha gustado mucho el tenebroso efecto que le has puesto a la imagen, creo que has captado el tinte desagradable del pequeño relato.

De paso he aprovechado para contemplar algunas obras más y la verdad es que me gusta tu forma de interpretar los escritos y manifestarlo a través de las fotos.

Aarón dijo...

Gracias Viator, como digo habitualmente, son ustedes los que me hacen ser consecuente con mi aportación en el apartado fotográfico, sin gente detrás, sin su predisposición y entusiasmo sería imposible sacar adelante estos retazos vitales.

Un abrazo Viator. Agradecido por tus estimulantes palabras. Te envío un cordial saludo compañero.