domingo, 23 de mayo de 2010

ZULEIMA, ARENA Y SAL








Si quieres que tu secreto sea guardado, guárdalo tú mismo.
- Séneca
Al aminorar la lluvia Zuleima se refugió en un Hammam, purificando con agua su alma y cuerpo. Se cubrió con sedas y otros tejidos azules, propios de los tuareg del desierto. Y dirigió su camino hacia la parada de taxis para llegar a Azrou, donde tomaría un autobús para continuar su largo viaje. Durante el trayecto se sintió algo más liberada de la angustia que, en los últimos tiempos, la poseía totalmente, aunque la sombra de la melancolía la perseguía. Empezaba a sentir algo de fuerza y paz, mientras respiraba el aire de la ventanilla del taxi a medio abrir, vislumbrando en su mente con los ojos cerrados la sublime belleza de Erg Chabbi, con sus verdes palmerales, sus oasis y las indescriptibles dunas surcando lo más profundo de su ser. Fue entonces cuando comprendió que aquel viaje iba a marcar su vida, que aquello, como decía Zoraide, estaba ya escrito…. “Maktub”.

Al llegar a Azrou miró la famosa roca del lugar, que lleva el mismo nombre, con gran precisión como si fuera la última vez que la viera. Luego tomó el autobús e intentó pasar desapercibida entre los turistas. Aunque nuevamente le paró un niño, casi idéntico al pequeño del cementerio que le había ofrecido una manta para cubrirse de la lluvia. El infante le quería vender una medalla de plata con un jade engarzado en forma de corazón, que ella compró gustosamente, pues le había sorprendido su admirable sencillez y belleza. Se lo colocó en el cuello al sentarse en el autobús. Quedándose dormida durante parte del viaje por el cansancio. Soñó que Said le llamaba, pero justo cuando iba a responderle, despertó y visualizó el Atlas Medio, nevado. Allí pararon una media hora, que pareció no acabar nunca, eternizándosele entre el desasosiego que le había producido el sueño y la incredulidad de ver el corazón de jade tornarse en rojo y perder su color natural…. ¿Que significaba todo aquello que inexplicablemente le estaba sucediendo?.... Y… ¿Por qué le sucedía?.... Éstas y otras muchas preguntas se haría aquella noche al llegar a Midlet, donde en la habitación de un pequeño hostal intentaría encontrar respuestas a sus preguntas y conciliar el sueño….
CONTINUARÁ……………………
Autores:
Nayra del Rosario Hernández Benítez
Aarón Moreno Borges

No hay comentarios: