La muerte sólo será triste para los que no han pensado en ella.
Fénelon
Fénelon
(1651-1715) Escritor y teólogo francés.
....Aquel hombre mayor, imponente, de facciones duras que me había causado tanto pánico y pavor, incrementando mi profunda tristeza en un principio, se convirtió con el pasar del tiempo y los días en un compañero respetuoso, paciente y generoso. El matrimonio sólo era una fachada para alcanzar objetivos legales, entre ellos principalmente mi nacionalidad española, pero en la práctica, tras esa fachada, nuestra relación era paterno-filial. Se volvió para mí ese padre que tan tempranamente había perdido. Sí, él me ayudó mucho, me dió quizás más de lo que yo le proporcionaba. A cambio de mi compañía para aliviar su soledad, él me dió una educación, mejoró mi español y aprendí conocimientos administrativos y contables, además de manejar un negocio.
....Aquel hombre mayor, imponente, de facciones duras que me había causado tanto pánico y pavor, incrementando mi profunda tristeza en un principio, se convirtió con el pasar del tiempo y los días en un compañero respetuoso, paciente y generoso. El matrimonio sólo era una fachada para alcanzar objetivos legales, entre ellos principalmente mi nacionalidad española, pero en la práctica, tras esa fachada, nuestra relación era paterno-filial. Se volvió para mí ese padre que tan tempranamente había perdido. Sí, él me ayudó mucho, me dió quizás más de lo que yo le proporcionaba. A cambio de mi compañía para aliviar su soledad, él me dió una educación, mejoró mi español y aprendí conocimientos administrativos y contables, además de manejar un negocio.
Y a pesar de todas estas ventajas y alicientes, la tristeza de mi corazón no me abandonaba, sólo menguaba en ciertos momentos contados. Todos los días recordaba a Said y añoraba mi familia y a Fez. Me preguntaba como estarían y que sería de sus vidas.
Hasta que llegaron días negros, que dejaron los desvelos de mi pasado en un segundo plano. Mi esposo enfermó, el cáncer había invadido su cuerpo y poco a poco lo fue consumiendo, como se consume una hoguera con una ráfaga de viento. Se fue, tras año y medio de lucha, una lluviosa mañana del mes de marzo, cuando las primeras fresas de la temporada no alcanzaban todavía su auge. Y yo volví a quedarme sola, con una herencia y una nacionalidad recién adquirida, sin saber que hacer.... Sólo días después, tras noches y noches de insomnio mirando fijamente aquel póster de la Isla de Lanzarote, que él adoraba, a pesar de no haberla pisado nunca. Decidí buscar mi sitio en otro nuevo hogar, empezar de nuevo, intentar olvidando aquel pasado que tanto daño me hacía. Y así fue como una mañana me encontré en el aeropuerto tomando un vuelo hacia Lanzarote, hacia una nueva vida, un nuevo horizonte........................................................
CONTINUARÁ...............................
Autores: Nayra del Rosario Hernández Benítez
Aarón Moreno Borges.
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