domingo, 7 de marzo de 2010

"ZULEIMA, ARENA Y SAL"






Haz lo necesario para lograr tu más ardiente deseo, y acabarás lográndolo.
- Ludwig van Beethoven, músico y compositor alemán

Zuleima llega a la estación de tren de Meknes, se dirige a paso apresurado hacia la plaza El-Hedim. Los colores del atardecer empiezan a despuntar en el cielo. A pesar del bullicio de la gente y la actividad frenética en la plaza, Zuleima encuentra pronto a Said. Al principio hay unos segundos de silencio entre los dos, la mirada de ella se vuelve más tierna y profunda, él la mira, sintiendo una paz profunda solo desconcertada por la maleta gris desgastada que Zuleima porta a sus pies. A pesar del gentío de la plaza, logran camuflarse y crear un microcosmos, como si fuesen invisibles a los demás. Allí, en aquel momento, solo existen los dos y el viento como testigo del fuerte abrazo en que se funden. Él la toma de la mano y con la otra recoge la maleta sin preguntas. Sólo le susurra al oído en árabe "Amor mío, vayamos a un lugar seguro, esta noche será muy larga". Ella asiente con su cabeza y le acompaña.
Caminan por la Medina, separada por el río Boufekrane de la ciudad nueva, llamada "Monria". Tras caminar un largo trecho llegan a un lugar apartado donde les espera un Land Rover. Allí Said toma las manos de Zuleima y mirándola fijamente a los ojos le confiesa Habibi, lo que he de contarte, es doloroso y muy duro, tal vez todavía podrías regresar a Fez y abandonarme". ¿Estás segura de querer seguir conmigo? No te voy a mentir, aquí no puedo hablarte, debemos subir al vehículo y viajar hacia el Sur, a Kasbah Itcan, a un poblado bereber, allí es donde únicamente podemos estar a salvo y seguros para contarte todo. El tiempo apremia habibi. Y pronto he de regresar a Argelia. Habibi. ¿Vienes conmigo, asumiendo todas las consecuencias?"

"Si, Said. Iré contigo. Por eso recogí algunos enseres en esa maleta que portas en tus manos. Sé que algo negro escondes Said, puedo leer ira y sed de venganza en tus ojos, pero sé que no eres un mal hombre. Y te quiero, ya soñaba contigo antes de que pidieras mi mano a mi tío. Vamos, vamos, pronto quiero vivir cada segundo a tu lado intensamente y el viaje todavía es largo".

Él, asombrado ante su sinseridad, enmudece, le roza suavemente el hombro, coloca la maleta en la parte trasera del coche y parten hacia el sur del país............................................
CONTINUARÁ.........................
Autores:Nayra del Rosario Hernández Benitez
Aarón Moreno Borges

No hay comentarios: