viernes, 25 de diciembre de 2009

ZULEIMA, ARENA Y SAL






La melancolía es un estado de ánimo situado entre el ombligo y la lágrima.
Juan Echanove, actor.
En la oscuridad lúgubre de su celda, de barrotes herrumbrosos, desgastados por el tiempo, grises como el porvenir de sus huéspedes. Se empezó a sentir mal, pero a la misma vez que sentía la falta de aire se aliviaba con la mirada de Zuleima, su primera mirada en Meknes, a las afueras de Fez. Y aquel día en las antiguas ruinas romanas, sus primeros besos, dulces como la miel pero llenos de la oscuridad del "haram". Dejaron la religión a un lado, el pasado, todo por aquellas horas en su refugio. El latir de sus cuerpos unidos, desesperados de pasión y cariño, un solo cuerpo, una sola dimensión. El éxtasis, y Said volvió a ser el mismo, dulce y atento, besando hasta el ínfimo poro de la bella piel perlada de su amada, acariciando su espalda con sus rizados cabellos, la felicidad extrema, para dos seres marcados por el "haram prohibido" de amarse y no deber permitírselo, de soñar una vida juntos inexistente, sólo viva en sus sueños. El dulzor de estos recuerdos recorrían las venas de su cuerpo como inyecciones latentes de morfina. Su piel se amorataba, de color púrpura, se asfixiaba, ya no le quedaba aire, la cabeza le daba vueltas y vueltas, y sin embargo sólo pensaba en ella, en ella. Sabía que se moría, sabía que ya no volvería a verla, que sería castigado por sus múltiples pecados, pero sin embargo se desvaneció repentinamente en el suelo y su cuerpo se convirtió en un altar de serenidad y paz en un sueño eterno, predecido por un amor más poderoso que la muerte.....................................

CONTINUARÁ............................
Autores: Nayra del Rosario Hernández Benítez
Aarón Moreno Borges

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