domingo, 29 de noviembre de 2009

El Sáhara es ya un clamor

Julio Castro

El Sáhara es ya un clamor

14:05h. del Domingo, 29 de noviembre.

El pueblo español desde todos los rincones ha acudido a apoyar al Pueblo Saharaui en la figura de Aminetu Haidar, en cada lugar en que se ha celebrado algún evento para reclamar lo que es justicia, no solo en la devolución de la líder de los derechos humanos de su gente, sino en lo que 34 años de historia suponen la vergüenza de nuestro país y del mundo entero, con Europa a la cabeza.

No es de recibo que, una mujer que está en huelga de hambre desde hace dos semanas, exigiendo la devolución a su tierra, donde el dictatorial régimen de Mohamed VI le ha negado el retorno por no querer poner en una tarjeta que su nacionalidad era marroquí en lugar de saharaui, ahora venga el ministro Moratinos a ofrecerle la nacionalidad española: ¿qué parte no le quedó clara? ¿la de que era saharaui o la de que está en huelga por dignidad y por regresar con los suyos?

Parece que no queremos recordar que esta mujer ha sido encarcelada, torturada y vilipendiada como muchos compatriotas suyos, por parte de un régimen que hace de los malos tratos al pueblo una bandera, pero que es socio comercial preferente de nuestros Estados tan demócratas. Y esto es lo que ella denuncia, junto con el robo de las tierras, el saqueo de los bienes saharauis y la masacre cometida de manera impune y continuada por los dos monarcas que aún hoy, son uña y carne con el nuestro, con el que les regaló las tierras que no eran suyas en 1975.

Pero hoy, en este momento, queda en evidencia que el Sáhara y su independencia ya son un clamor para nuestro pueblo, porque los saharauis nos son hermanos, como cualquier pueblo que sufre el abandono, el exilio y la tortura: pero este más, porque la responsabilidad de la descolonización era nuestra y es un delito que no prescribirá en el tiempo, como no prescribirán los derechos de ese pueblo.

Marquemos los límites de la vergüenza para nosotros y exijamos con nuestros hermanos que se expulse del comercio europeo al Estado marroquí, en tanto no cumpla con los mínimos preceptos de Derechos Humanos y de libertades democráticas, no sólo con el Pueblo Saharaui, sino también con los ciudadanos y ciudadanas que habitan en Marruecos. Que se reconozcan los derechos de los pueblos, es lo mínimo que podemos exigir, sin mandangas ni monedas de cambio como pretende ahora el ministro Moratinos.

http://www.larepublica.es/spip.php?article17540



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