viernes, 28 de agosto de 2009

ZULEIMA, ARENA Y SAL





La humanidad es como es. No se trata de cambiarla, sino de conocerla.

- Gustavo Flaubert
Zuleima siguió leyendo la carta, reviviéndola en su cuerpo, en su ser, sintiendo como el agua de azahar penetraba en el silencio. Las nubes grises pasaron a azul grisáceo, a transparencia de lluvia cayendo del cielo como lágrimas de tristeza y añoranza de los profundos ojos negros, ojos inundados de tormenta, rayos y truenos. Ojos inundados de misterios como las cavernas de las montañas de Fez, único testigo de su amor a Said, amor por el que comprendía a Juan, creyéndolo feliz en el cielo, rodeado de su amor, de ríos de dulce leche y dátiles.

Emocionada por la misión que le había dejado encomendada de construir un centro donde acoger a todas las personas migrantes, tratándolas con dignidad, amor y respeto. Acompañándoles en la ardua tarea de labrarse un futuro, una vida mejor en un país extraño, una isla desconocida, pero a la vez ígnea y acogedora. Brotaron de sus ojos nuevamente perlas nacaradas que se fundieron con la henna de sus manos, mientras pensaba como mantener vivo el recuerdo de Juan, como honrar su recuerdo a través del tesoro heredado de la Bella Isadora y la futura construcción del centro de inmigrantes........

CONTINUARÁ.............
Autores: Nayra del Rosario Hernández Benitez
Aarón Moreno Borges.

No hay comentarios: