sábado, 25 de abril de 2009

Como en casa en ningún sitio


La ayuda domiciliaria a las personas mayores hace posible que vivan y disfruten la vejez en su propia casa, pero conviene contratar personal titulado y experimentado

Soledad, tristeza, menos dinero que nunca, deterioro físico y enfermedades. Abundan los miedos asociados a una fase tan natural como poco aceptada del ser humano: el envejecimiento. Casi por inercia se tiende a pensar que malestar, dependencia y abandono vienen en un pack indivisible una vez se superan los 70-75 años. Pero no siempre es así. Dos terceras partes de las personas mayores quieren envejecer en el mejor lugar que se les ocurre, su propia casa.

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