viernes, 20 de marzo de 2009

"ZULEIMA, ARENA Y SAL"







Miraba las estrellas desde la cubierta de La Bella Isadora, sintiendo la brisa marina cubrir su piel y surcar su rostro de lobo de mar. Pensativo en la muchacha rumana, en el afecto paternal que sentía por ella. Sólo el corazón le valía para cubrir sentimientos contradictorios de alegría y desasosiego, pues ella mejoraba, pero no lo rápido que él hubiera querido.

Y fue cuando intentado calmar la angustia y el dolor de pecho apareció Isadora en su mente. Esbelta, con lustrosa piel azabache, carnosos labios y ensortijados cabellos, diciéndole al oído, como si de un susurro se tratara, con aquel acento cubano que le hacía calarse hasta los huesos de tanta lluvia amorosa "mi amol, tiene que tenel más paciencia en la vida"

Sonriendo y con lágrimas en los ojos vio pasar una estrella fugaz en el cielo, interpretándola como una señal de que Isadora, allá donde estuviese, viva o muerta, siempre le acompañaría....

CONTINUARÁ.............
Autores: Nayra del Rosario Hernández Benitez
Aarón Moreno Borges.

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