viernes, 7 de noviembre de 2008

"ZULEIMA, ARENA Y SAL"








A Zuleima le encantaba pasear por la orilla del mar, tras acabar su jornada laboral en la tetería que había decorado con mucho esmero e ilusión al estilo marroquí, ya que además de ser su lugar de trabajo era también su hogar. Había hecho de un pequeño local abandonado y sucio un precioso hogar al estilo de su país, conservando en el exterior los colores propios de las casas lanzaroteñas, blancas y verdes. En las paredes interiores había utilizado colores ricos y vibrantes como el rojo, amarillo y azul, usando también las tonalidades de éstos para los acabados de las paredes. El uso de estos colores daba a la tetería aspecto de mundo antiguo, lleno de vida y calidez. En las paredes había incluído columnas, cornisas y molduras. Las puertas y ventanas terminaban en arcos afilados de medio punto, haciendo juego con los grabados de la madera. El suelo estaba cubierto por exquisitos mosaicos de colores, sobre las cuales se abrazaban grandes vasijas, jarrones y piezas decorativas de terracota, que reposaban sobre milenarias alfombras.

Zuleima había dispuesto varias habitaciones con mesas para uso de los clientes. Para ir de una habitación a otra había que pasar por el patio principal, como era costumbre en las casas de la ciudad de Fez, siendo los muros del patio la verdadera fachada de la casa. Desde el exterior el patio se veía como un muro privado de ventanas, concluyendo en una puerta principal de madera maciza y decorada. En ese patio, que resaltaba por la belleza de distintos estilos combinados de arte mudéjar, se erigía una pequeña fuente donde el agua caía para acabarse fundiendo con pétalos de flores frescas.

CONTINUARÁ....
Autores:Nayra Rosario Hernández Benitez.
Aarón Moreno Borges.

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