UNA FORMA DIFERENTE DE VER ÁFRICA Y DE PASO EL MUNDO.
UNA MUESTRA, EL ARTÍCULO: "LOS GRANDES VELOCISTAS DE ÁFRICA"
Escribía en un post anterior sobre la masiva presencia de productos, empresas (de infraestructura, no de manufacturación) y ciudadanos de la República Popular China en África. China también concede créditos a bajo interés o a fondo perdido a los gobiernos africanos. A cambio, empresas chinas obtienen concesiones mineras, pesqueras, florestales y de lo que les interese. En principio, nada nuevo bajo el sol del negocio de la cooperación al desarrollo que los gobiernos occidentales practican (clásico toma y daca). La diferencia es que el gobierno chino no da la coña con las reformas estructurales que exigen el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional. Algunos de la orilla izquierda ven esto como positivo porque no se impone un modelo capitalista en Africa. Se les escapan dos cosas:Una, que a los chinos les importa un apio la situación de los derechos humanos (y de los trabajadores). Es verdad que los gobiernos occidentales les puede la hipocresía y ponen el grito en el cielo según convenga, pero al menos algunos gobiernos occidentales vienen intentando promover a algunos gobiernos africanos hacia prácticas de transparencia, buena gestión y gobernabilidad; intentos éstos que, con la excusa de “Africa is different”/”Ici c’est l’Afrique”, suelen ser pasados por las tumbas de los respectivos monomatapas. Los chinos no pierden el tiempo con estas naderías dialécticas, lo que suele celebrarse con júbilo en las declaraciones de la Unión Africana o de la SADC.Dos, subestiman la capacidad predatoria de los chinos: en esta carrera por el expolio de las riquezas de África, China es un nuevo participante que no se entretiene con historias de lucha contra el terror o pasados coloniales: allí está donde quiera que haya un recurso que le interese, de manera extensiva e intensiva. Si una mina queda en una zona de difícil acceso, se construye una carretera y listo. No hacen todos lo mismo? No se puede hacer de otra manera? Sí que se puede. Y no olvidemos que cada árbol que se tala sin que se replante, cada onza de mineral que no se utiliza para promover la industria africana disminuye las posibilidades de que un día la mayor parte de los Estados africanos dejen de depender de la ayuda externa para subsistir y ofrecer un nivel de vida digno a la mayoría de sus ciudadanos.Cuál es la conclusión que yo saco de ésto? Pues que si dejamos de lado el efecto anecdótico de escenas “de globalización” como las de la fotografía, la llegada de China a la cabeza del pelotón de carrera supone que el pueblo africano pierda aún más oportunidades de autosostenibilidad en el futuro. Y mientras, USA, UK y Francia se preguntan, atónitos y con envidia, qué pueden hacer para que no les echen de la competición.
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