
En la cara de Zinash hay rabia y coraje, pero también valor. Me cuenta lo que pasó en los últimos meses aún con cierta incredulidad". Reproducimos la crónica de María Reimóndez para Vierios desde Etiopía.
María Reimóndez/ Vieiros* (16/02/2008)Comienza el día. Abro los ojos a las seis de la mañana. Aún la luz del día es muy tenue. Dormí bien, en ese lujo de tener un cuarto para mí misma que sé bien lo que cuesta en tantos lugares hablando ya sólo en un sentido literal. Salgo fuera a la letrina, que también hace de ducha, donde me espera el chorro de agua fría. Un buen almuerzo con un té con especias (gracias a todos mis años de trabajo en la India y Etiopía que soy capaz de tragar el té) me pone a punto para un día que se presenta relativamente relajado. Autoridades En la oficina de OPRIFS (la organización para la prevención, rehabilitación e integración de las niñas de la calle) la mañana comienza con el jaleo de las niñas que juegan en el patio. Después de la breve visita de ayer, hoy puedo fijarme con curiosidad en el tablero que tienen en la entrada y donde hay una foto, ¡ni más ni menos que de Angela Merkel! Cuando entro en el despacho de Zinash, la directora, al fin nos saludamos afectuosamente, acercando los hombros y las mejillas, en esos gestos que tanto aprecio. Ella me explica la foto: la cancillera escogió su refugio de todos los proyectos que la Agencia Alemana de Cooperación al Desarrollo financia en Addis porque quería ver a las niñas. Entre risas le comento que están hechas unas estrellas. Lo que tiene menos gracia es este afán de las autoridades por salir en las fotos, a ser posible con niñas y niños porque son menos incómodos. Las personas adultas pueden preguntar, entender, incomodar. Hacernos sentir mal con nuestras políticas aplastantes, con nuestra tendencia a la caridad. Ojalá algún día en la política oficial a la cooperación al desarrollo (gallega, española, europea, estadounidense...) haya más que eternos paripés de viajes y fotos con niñas. Cumpliría más un conocimiento real de las personas, un saber escuchar, un respeto por las organizaciones y un compromiso horizontal, en todas las políticas. Eso, para ir empezando.
Continua: www.canalsolidario.org
1 comentario:
Querida adri: yo espero que tu tambien cuentes la historia de esa niña argentina. Seria bonito. Ademas esa mano para la cocina le viene de sus raices canarias.O no?. No te preocupes que Orquidea tiene mucho que contar, solo estamos empezando. Cuando se aburran me lo dicen.Ukey ( como dicen en la Palma).
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