SIN PAPELES

Título del mensaje: Tantos ´sin papeles´ como antes de la regularización

Tantos ´sin papeles´ como antes de la regularización La Vanguardia, , 2007-12-17 LUIS IZQUIERDO – Madrid.

Durante el 2006, la cifra de ‘irregulares’ no creció, pero tampoco se redujo .

Tres de cada cuatro bolivianos carecían en enero de permiso de residencia .

Sean pocos o muchos, al menos son tantos como los que había antes de que se llevara a cabo el último proceso extraordinario de regularización de inmigrantes sin permiso de residencia. Así lo arroja el cruce de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y la Secretaría de Estado de Inmigración, y a ello se alude en el libro La inmigración en España en 2006,auspiciado por las cámaras de comercio y dado a conocer el pasado jueves.

Un total de 691.655 extranjeros se acogieron al proceso extraordinario de regularización que se abrió en febrero del 2005. Todas esas personas residían de forma irregular en España al menos desde mediados del 2004 y trataban de normalizar así su situación.

En enero del 2007, dos años más tarde, el padrón municipal contabilizaba 690.000 inmigrantes extracomunitarios que residían en el país, pero que, según las cifras del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, no tenían permiso de residencia.

Explica Sebastián Rinken, científico titular del CSIC y uno de los autores de La inmigración en España en 2006,que, si bien el cruce de datos entre el INE y Trabajo no tenía mucho rigor hasta el año 2005, sí sirve para aproximarnos más a la realidad a partir de esa fecha.

Precisamente es en ese año cuando el proceso extraordinario permite regularizar a casi 580.000 inmigrantes que carecían de tarjeta de residencia. En ese mismo ejercicio, el INE lleva a cabo una profunda depuración de sus datos para evitar duplicidad de nombres y borrar a los extranjeros que no ratificaban su empadronamiento porque ya no vivían en España.

También apunta Rinken que el número de extranjeros empadronados durante el 2006 y el de nuevas tarjetas de residencia han corrido en paralelo, lo que podría significar que la bolsa de irregulares no ha crecido más pero tampoco ha logrado reducirse.

La investigación del científico del CSIC expone cómo los datos muestran una especie de efecto arrastre entre el número de extranjeros empadronados y de tarjetas de residencia con un lapso de diferencia de tres años. Como si ese fuese el tiempo que, por unas circunstancias u otras, tardan los inmigrantes en regularizar su situación documental desde que llegan a España, normalmente como turistas.

El exhaustivo análisis de los datos por nacionalidades permite comprobar que mientras entre algunos colectivos nacionales apenas si hay unos pocos indocumentados, entre otros son mayoría los que carecen de permiso de residencia.

Entre estos últimos es paradigmático el caso de los bolivianos: tres de cada cuatro no tienen tarjeta de residencia, lo cual se entiende mejor si se sabe que su llegada a España es más reciente. Y eso que el INE aún no tiene registrados a miles de ellos que han llegado en los primeros meses de este año acuciados por la imposición de un visado para viajar a la UE a partir de abril.

También es muy habitual la irregularidad entre los argentinos, a quienes no se exige visado. Uno de cada tres ciudadanos de ese país residentes en España no ha normalizado su situación documental.

En el otro extremo encontramos a comunidades más asentadas, como marroquíes o chinos. Entre los primeros, el número de irregulares está por debajo del 5% y entre los segundos, un porcentaje similar. Aunque en el caso de los chinos puede producirse un fenómeno de resistencia a empadronarse para evitar la acción policial.

Es curioso que la posesión de documentación no sea un factor que influya entre la población nativa a la hora de valorar si en España hay demasiados inmigrantes. El aludido anuario acude a la última encuesta realizada por el CIS al respecto, a finales del 2005, donde se muestra cómo para el 60% de los españoles hay más inmigrantes de los que debería. Aunque, seguramente, tal aseveración parte del generalizado desconocimiento de cuántos hay en realidad.

Así, interrogadas esas mismas personas sobre cuál era porcentaje de extranjeros que vivían en nuestro país, la media de los que respondieron arrojó un 20%, justo el doble de la realidad actual, dos años después._________________