Cuando salí de mi tierra/volví la cara llorando
porque lo que más quería/atrás me lo iba dejando,
llevaba por compañera/a mi Virgen de San Gil,
un recuerdo y una pena/y un rosario de marfil.
Adiós mi España querida,/dentro de mi alma
te llevo metía,/y aunque soy un emigrante
jamás en la vida/yo podré olvidarte.
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