sábado, 12 de enero de 2008

CARTA DE LARA (a la izquierda, con Alejandra). EXPERIENCIAS Y ANÉCDOTAS EN MALÍ COMO COOPERANTE.



Malí es el tercer país más pobre del mundo, y eso quieras que no, se nota en prácticamente cada detalle. A pesar de que tiene un montón de riquezas naturales, y de que hay árboles frutales por todas partes, para la mayoría de la gente comprarse una lechuga o tener un dieta medianamente variada es toda una hazaña, cuando no, imposible

A pesar de vivir en una casa "africana", y no tener ni lavadora, ni cocina, ni agua caliente, ni nevera, ni muchísimas otras cosas a las que estoy acostumbrada en mi cómoda vida occidental, me puedo considerar afortunada, ya que vivo en una casa afortunada y relativamente cómoda. Pero después de una semana comiendo pescado, arroz, más pescado y arroz, más pescado y arroz y muchísima sandía, mi cuerpo necesita algo de verde. Ayer me tomé otra vez la pastilla semanal para la malaria, que la verdad, no me había causado ningún problema especialmente grave....pero no sé qué pasó, que estuve toda la noche con unas náuseas horribles y al día siguiente, cada vez que olía las salsitas de pescado que tanto me gustaban, me daban unas ganas horribles de devolver. He decidido permitirme durante un par de días el rechazar la comida maliense, y comer algo de verde (un poco de ensalada, más fruta, algo de quesitos de esos de untar con un poco de pan, etc.) me está sentando bien, pero no deja de asombrarme cómo la gente me mira al partir la lechuga y se les agrandan los ojos. Por supuesto, donde come una, comen cinco....pero no es tan sencillo.

Yo les pregunto que por qué no varían un poquitín su dieta, no sé, un tomatito, un trozo de pepino, y la respuesta, es obvia ¡¡es demasiado caro!! (no sé si llegó a 60 o 70 céntimos)...así que claro, una vez más, me quedo comiéndome mi ensalada, y sintiéndome un poco mal...Por cierto, si comen ensalada, como aliño le echan una especie de avecrem. Aquí se suele cocinar en el patio, con carbón. Comen primero los niños y después las madres, y cuando llegamos nosotros, comemos en el salón, pero si se trae otra cosa, como por ejemplo la lechuga, no se les da a ellas. Vamos, que yo les insisto mil veces en que entren y coman conmigo, pero se ve que les imponen otras cosas, como el hecho de que ellas coman siempre con las manos y aquí usemos, de vez en cuando, los cubiertos. O que se les tenga dicho, que coman después....así que estos días, me estoy yendo con ellas fuera, a cocinar y a lavar mi ropa (que por cierto, he tenido que insistir en ser yo la que la lave, porque se empeñan en hacerlo ellas y me costó un gran trabajo hacerles entender que ya tenían bastante, como para encima lavar lo mío) Es curioso, ellas me miran y, con perdón, se descojonan.

Estos días también he tenido la oportunidad de visitar un orfanato, con bebés de hasta cinco años. Se supone que una asociación española colabora con ellos, para pagar medicinas, comida, vacunas, etc., y facilitar los trámites de adopción de un montón de niños abandonados en la calle, con a penas horas. Es cierto que en todas partes se abandonan niños...pero joder, es una realidad muy dura, y encima hay mucha gente que intenta sacar un beneficio de las adopciones, vendiéndolos literalmente al mejor postor....es una vergüenza.

Drissa (una compañera y amiga maliense) la verdad es que lo mismo colabora con un hospital, que con unos niños, que con cualquier cosa que sea echar una mano....es una pasada. Algún día les contaré su historia. Eso de que la realidad supera la ficción podría ser el título de su vida, pero bueno. El caso, es que estaba allí con todos esos enanos y me los hubiera traído a todos, ¡¡que ricuras!!, de verdad.

Se puede decir que voy conociéndo un poco más esta locura de ciudad. Es cierto que hay un montón de turismo en Mali, pero todo va hacia el norte, el país Dogón, Tombuctú....y Bamako, claro, pero más como punto de partida, que como lugar para quedarse...por eso, un hotel aquí es carísimo, ya que rondan los 100 euros la noche, aunque es cierto que se pueden encontrar hotelillos más pequeños por unos cuarenta euros una habitación doble, por ejemplo.

Bamako es una locura de ciudad. Hay coches y sobre todo motos por todos lados, y no hay ni siquiera una calle donde no se atisbe un poco de pobreza. Puedes ir caminando por una calle que parece medianamente "limpia" y es girar hacia un lado y ya te encuentras en un barrio lleno de tierra, chabolas y la pobreza más absoluta.

A pesar de eso, la gente es una maravilla. Te ven, te sonríen, te saludan y si tienen oportunidad de entablar conversación contigo lo harán. Yo siempre digo que el hecho de ser blanco (que significa tener dinero), hace que la gente se acerque por algo, no sé, tener algún tipo de contacto fuera de aquí, o una "esposa" en potencia.....pero también es cierto que hay cantidad de gente que simplemente se acercan para desearte un buen día, para hablar de kanouté, o Diarrá (futbolistas que juegan en España) para que les digas qué pasa con los cayucos, les informes de cómo conseguir un visado, o para preguntarte cómo te lo estás pasando en Malí....¡¡es la leche!!

También me está sorprendiendo infinito lo accesibles que son aquí los ricos. A ver, me explico. Si hablas de fútbol, todos saben cuál es el barrio de Diarrá, cómo se llama su familia y por donde sale él cuando viene. Otro caso, Salif Keita (cantante maliense súper famoso) vive en un pueblo donde puedes ir a su casa sin problemas o donde no es más difícil conseguir su número de teléfono que el de el vecino. Ellos viven con la gente humilde, se relacionan con ellos y no tienen ese rollo de apartarse a un barrio rico (que tampoco es que haya muchos), obsesionados con salvaguardar su imagen, su casa y su paranoia. Son uno más, y eso es increíble. Estaba pensando que lo verdaderamente increíble es que en España no sea así, pero bueno, es lo que hay.

Lo cierto es que es muy frustrante ver cómo vive la gente aquí. No sé cómo podemos estar, con perdón, todo el puto día quejándonos de nuestros problemas de hipoteca, de tener tal o cual marca de ropa, o determinado coche, o no sé qué cosa....está claro que vivimos en el "primer mundo" y es imposible salirnos de ese embolao de consumir, pero es que la realidad aquí es tan, tan, tan diferente.

Hay un índice enorme de analfabetismo, sida, malaria, difícil acceso al AGUA POTABLE, a la comida, a la educación , a un trabajo digno, etc. Por ejemplo, si paseas por las calles, verás que hay un montón de gente intentando vender cualquier cosa: un paquete de chicles, una gorra, una tarjeta de teléfono, una botella de plástico vacía, una bolsita de plástico de agua ¡¡lo que sea!!. Si consiguen vender algo ese día, igual pueden ir a uno de esos puestos de comida, donde conseguir un plato de arroz caliente con alguna salsa muy básica y picante. El que tiene suerte y tiene algún familiar en Europa, consigue vivir algo mejor con lo que les envían, y al menos pueden variar un poco su dieta, o tener una mejor calidad de vida, el que no pues ya se sabe....

Las mujeres además tienen asumido que es el hombre el que trabaja y trae dinero a casa. Ellas se encargan de todo: la casa, los niños, la comida, las visitas, pero no gestionan el dinero y también es cierto, que lo que muchas quieren es simplemente a alguien que las mantenga y les pueda comprar determinadas cosas, y eso que también las hay que trabajan. Pero es difícil cambiar esa mentalidad rápido y supongo que requiere de tiempo.

En fin, como aquí hay cristianos y musulmanes (y algún animista) el país anda algo paralizado con tanta "fiesta" mezclada. Ya hay que empezar con fuerza los proyectos, que por otro lado, les he estado echando un vistazo y son la leche. Ya les contaré con detalle cuando realmente los haya visto y los haya vivido.

Con respecto a mí, me siento bien. Bueno, son sensaciones entremezcladas. Afortunada por poder vivir esto sólo unos meses y saber que cuando vuelva a casa, no me faltará qué comer, y que si me muero, no será por desnutrición, o porque tenga que recorrer 15KM andando para llegar a un centro de salud (15Km africanos, que no tienen nada que ver con las carreteras que tenemos nosotros) pero triste, porque me encantaría poder cambiar esto en un abrir y cerrar de ojos, y sé que es imposible.

A veces me muestro excesivamente crítica con alguna compañera que he conocido, que está aquí cooperando (en realidad, a veces ni siquiera les doy la oportunidad de que me expliquen nada porque voy a saco, como se dice) y eso tampoco es plan. Así que al final lo que hago es comerles la oreja a la gente, diciéndoles que tienen que ser ellos los que hagan ese cambio, los que se movilicen, los que creen esas ideas, pero no es tan fácil. Por ejemplo, un día hablaba con un señor, que hablaba perfecto el francés, pero que me decía unas cosas que, en serio, no sabía ni cómo reaccionar: que si a las mujeres no se les puede dar mucha cancha, porque se les va la pelota, que si realmente tienes vitaminas en el cuerpo la malaria no se te pega, que si el SIDA es un invento....Y lo peor es que este hombre no es un caso aislado. Así se piensa.

Y a pesar de todo eso, aquí estoy, viviendo una experiencia increíble y con un montón de ganas de aprender de ellos y de vivir esto lo mejor que pueda. Sólo llevo unas semanas aquí y parece que llevo meses. Por cierto, que ya al menos puedo saludar en bambara, y decir dos o tres chorrada, jajaja, qué risa, y como anécdota final, decir que sueño un montón, seguramente no más que allí, pero aquí me acuerdo de muchísimas cosas....¿por qué será?

Un beso muy grande.

LARA


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha encantado leer estas palabras...en cierto modo parecía que era yo el que estaba andando por ahí, y podía visualizarlo todo de una manera muy clara...gracias!