lunes, 26 de noviembre de 2007
COLOMBIA Nº 1 EN REFUGIADOS
REFUGIADOS. DATOS BÁSICOS
Testimonios
ANÓNIMOS Y ANGUSTIADOS: REFUGIADOS COLOMBIANOS ESPERAN UN FUTURO MEJOR EN EL NORTE DE ECUADOR
La mayoría de los niños y niñas en Barranca Bermeja provienen de familias colombianas que han escapado de la violencia. © ACNUR/X.Creach
BARRANCA BERMEJA, Ecuador, 19 de noviembre (ACNUR) - Una antigua torre militar de radiocomunicaciones, caída y oxidada al borde de una quebrada, es el único parque infantil con que cuentan los niños y niñas de Barranca Bermeja para su diversión. La infraestructura de este diminuto poblado amazónico es extremadamente básica. No hay agua y no hay electricidad. Una casa de madera sirve como aula de estudios para niños y niñas de hasta 11 años.
Barranca Bermeja está ubicada en la frontera ecuatoriana junto al Río San Miguel, que separa Ecuador del departamento de Putumayo, en Colombia. En esta región de Colombia se viven algunas de las peores consecuencias del conflicto interno que desde hace décadas aflige al país. En esa zona existe siempre temor por la presencia cercana de todos los grupos armados y los pobladores experimentan con frecuencia los efectos del conflicto armado, amenazas e intimidaciones. El conflicto también limita severamente sus posibilidades de alcanzar la estabilidad económica.
El desplazamiento forzado es frecuente a través de la frontera con Ecuador. La mayoría de los niños y niñas en Barranca Bermeja provienen de familias colombianas que han escapado de la violencia.
“Existen cerca de 70 familias que viven aquí y aproximadamente 50 vienen de Colombia” explica Sonia*, una mujer de la comunidad, al Director de la Oficina del ACNUR para las Américas, Philippe Lavanchy, durante su visita este pasado fin de semana.
El alto funcionario de ACNUR, que llegó a Ecuador cruzando la frontera desde Colombia el día anterior, luego de haberse reunido con el Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Fernando Araujo, agradeció a esta comunidad su solidaridad con los refugiados. “La llegada de numerosas familias refugiadas en busca de paz y seguridad representa grandes desafíos, especialmente en una región que ya tiene sus propias necesidades de desarrollo” acotó Lavanchy.
Parte del desafío consiste en conocer la información básica sobre la magnitud y las necesidades de la población local. Nadie en Barranca Bermeja conoce con seguridad cuanta gente vive allí, así como en las docenas de asentamientos humanos a lo largo del Río San Miguel.
Sonia es ecuatoriana y está casada con un colombiano que encontró protección en este poblado; en teoría, sus tres hijos tienen derecho a las dos nacionalidades. El mayor tiene seis años y el menor tan solo nueve meses. Hasta ahora ninguno de los menores se ha registrado en Colombia o en el Ecuador: ni siquiera tienen un registro de nacimiento con sus nombres.
“ACNUR nos informó que el Registro Civil iba a realizar campañas de registro en Lago Agrio para menores de edad la semana pasada, pero esta vez no pudimos ir” comenta Sonia. La capital de la provincia, Lago Agrio, queda a varias horas de camino, por una ruta que se vuelve intransitable cuando llueve.
Lo más grave es que la familia tiene temor de ser detenida en los controles policiales que existen en el camino. El esposo de Sonia es un refugiado reconocido por el gobierno, con el derecho de permanecer en el Ecuador, pero aún está a la espera del documento oficial que se emite en la ciudad de Quito. Sin papeles, en esta tensa región fronteriza cualquier cosa podría pasar, explica Sonia.
“El año pasado tuvimos que llevar a nuestra hija a la clínica. Nos detuvieron y nos dijeron que la próxima vez nos deportarían a Colombia si mi esposo no tenía sus papeles consigo” recuerda. Al ser ecuatoriana ella sabe que no puede ser enviada a otro país, pero ¿qué podría pasar con sus hijos y su esposo?
Existe una necesidad constante de información. ACNUR lleva a cabo capacitaciones para las Fuerzas Armadas, autoridades locales y la sociedad civil en la región. La misión principal es llegar a las persona refugiadas en comunidades remotas como Barranca Bermeja donde hay personas que llevan años viviendo sin ninguna protección legal.
“La presión sobre el sistema de asilo en el Ecuador es enorme debido al gran número de casos pendientes” dijo Lavanchy en Barranca Bermeja, explicando que podrían existir más de 50.000 colombianos con necesidad de protección internacional en la zona de la frontera norte del Ecuador.
En los últimos meses, ACNUR ha realizado un estudio poblacional en todo el territorio ecuatoriano con el fin de obtener una estimación más actualizada del número de personas con necesidad de protección internacional y de su situación. Los resultados iniciales serán compartidos con las autoridades nacionales antes del fin de año, anunció Lavanchy. También enfatizó que la Agencia está lista para apoyar al gobierno en la ejecución del Plan Ecuador, una iniciativa nacional para promover la paz y el desarrollo en el norte del Ecuador.
“La integración de las personas refugiadas es claramente una prioridad para ACNUR y es también un factor clave para la estabilidad y el crecimiento de esta región” dijo Lavanchy antes de salir hacia Argentina, el día martes. Durante su gira por la región que inició la semana pasada en los Estados Unidos, Lavanchy hizo un llamado a la solidaridad con las personas desarraigadas en el continente, dentro del marco de la iniciativa regional conocida como el Plan de Acción de México.
Por Marie Helene Verney
En Barranca Bermeja, Ecuador.
* El nombre ha sido cambiado para proteger la identidad de las personas que brindaron su testimonio.
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